lunes, 20 de julio de 2009

LOS NIÑOS SAHARAUIS ESCRIBEN A ZAPATERO


Melibea

La carta que sigue no la hemos leído en casi ningún periódico de tirada nacional. Se difundió por agencia hace poco menos de una semana, pero al parecer la pequeña voz de sus protagonistas no fue noticia de interés general. Es posible por eso que tampoco merezca ninguna respuesta por parte de La Moncloa, adonde se supone que también llegó y allí estará registrada, pues tal era su principal destino. Estaremos al tanto de lo que las asociaciones solidarias con el pueblo saharaui nos digan al respecto. También cabe preguntarse qué puede contestar el señor Rodríguez Zapatero a una misiva de este carácter. Sólo silencio, como la mayoría de los medios, o una mera respuesta retórica de buena voluntad, en el supuesto caso de que haya un mínimo de sensibilidad para ello. Dice la carta:

"Hola, somos niñas y niños saharauis, nuestros nombres son Fatimetu, Mohamed, Ali, y somos una pequeña representación de los casi 60.000 que vivimos en la República Saharaui y de los más de 8.000 niños y niñas que venimos un año más a pasar las “Vacaciones en Paz” junto a nuestras familias españolas.
Lo primero que queremos es dar un fuerte abrazo y agradecer de todo corazón a nuestras familias de acogida que nos soportan en su casa o en su jaima estos días de verano y así no tenemos que sufrir las temperaturas de los campamentos, que sobrepasan fácilmente los 50º C. Venimos a conocer otros horizontes: el mar, los ríos, los prados y los bosques..., y otra forma de pensar y de hablar... también los médicos nos cuidaran y nos revisarán, y sobre todo tendremos mucho cariño.
Señor Zapatero, como Presidente del Gobierno de España, le escribimos esta carta porque nos han dicho que es usted un hombre influyente, un hombre decidido, que sacó a su país de una guerra, un hombre que tiene un plan para ayudar a África, donde los niños y las niñas tenemos tantos problemas. Le escribimos esta carta porque nuestros padres dicen que a los mayores les gusta ver reír a los niños, que les hacen gracia las cosas que hacemos y decimos y que, a lo mejor, usted me hace más caso que a ellos. ¿Sabe una cosa, señor Zapatero? Los niños miramos desde abajo y por eso cualquier hombre nos parece grande. ¿Es usted grande y fuerte?
Pues ayúdenos a volver a nuestro país, el que nos quitaron por la fuerza y que sólo los viejos de más de treinta años recuerdan. Queremos ver juntos otra vez a padres con hijos, abuelos con nietos, hermanas con hermanos. Ahora hay un muro que nos separa. A nosotros nos gusta venir a España, a la playa, aunque nuestros abuelos nos dicen que en nuestro Sáhara existen playas larguísimas y hermosas, de arena blanca. Ellos no las olvidan, nosotros no las conocemos. Sr. Rodríguez Zapatero, los niños y niñas saharauis no queremos crecer en un campamento de refugiados. Queremos tener un País, igual que usted y las familias que nos acogen, queremos estudiar en nuestras ciudades y seguir hablando español allí donde nadie lo hace.
El Frente Polisario, que lucha por la independencia de nuestro pueblo, dejó las armas tras un acuerdo con Marruecos, en el que se prometía un referéndum en el Sáhara para resolver el conflicto, dando un ejemplo de lucha pacifica. Pero nos siguen ignorando.
Algunos mayores piensan que usted no me escuchará porque es un hombre ocupado, por eso le pido por favor que lea mi carta... yo creo que si usted quiere, nos puede ayudar. Usted quizá sepa que la Comunidad Internacional, encabezada por la ONU, nunca ha aceptado esa ocupación y según la legalidad internacional el Sáhara sigue siendo colonia española, y por eso los saharauis seguimos siendo ciudadanos españoles.
Sr. Zapatero, España no puede seguir aprovechándose de las riquezas naturales saharauis, ni vender armamento a Marruecos para que lo utilice contra nosotros o sus otros vecinos. Ni su Gobierno debe ignorar que la policía marroquí pega y encarcela a nuestras familias en los territorios ocupados del Sáhara Occidental y viola sistemáticamente los derechos humanos. Somos embajadores de nuestro Pueblo, que tiene una antigua tradición de vida en el desierto, y sabemos muy bien lo que es la solidaridad, la ayuda y la generosidad. Tenemos una forma de vida distinta, que por supuesto le invitamos a conocer más de cerca cuando Usted quiera.
Dicen también los mayores, que a los niños y niñas saharauis nos brillan los ojos porque los tenemos llenos de estrellas, pero yo creo que nos brillan porque sabemos que nuestro País es muy bonito y soñamos con que pronto volveremos a él".

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