viernes, 5 de junio de 2009

OBAMA, AL-ÁNDALUS, BERLUSCONI Y LA ULTRADERECHA EN HOLANDA


Félix Población

Habrá quien diga que las palabras se las lleva el viento y que el discurso del presidente de Barack Hussein Obama en la Universidad de El Cairo puede ser una mera operación de cambio de imagen con la que la nueva administración norteamericana sólo pretende echarse unos retóricos afeites que la favorezcan ante el mundo, sobre todo ante el mundo musulmán, con el que tanto desprestigio y animadversión cosechó la Casa Blanca durante los ocho años de presidencia de George W. Bush.

Lo dicho por Obama, sin embargo, tiene carácter histórico al margen de las consideraciones que pueda merecer la credibilidad de su palabra o la posibilidad de que las intenciones descritas puedan proyectarse como realidad en el futuro. La democracia no se impone por la fuerza, afirmó el presidente. Occidente está en deuda con el Islam, aseguró Obama. La situación de los palestinos es intolerable, expuso. Sufren las humillaciones diarias que acompañan a la ocupación. Nunca daremos la espalda a su derecho legítimo a vivir con dignidad y a un Estado propio.

De todo lo que declaró ayer el presidente norteamericano nada me pareció más constructivo que su referencia al espíritu de tolerancia que vivió Al-Ándalus, cuando judíos, cristianos y musulmanes convivieron en paz en la península ibérica durante algunos periodos de la Edad Media. Mejor ejemplo no puede encontrarse para trabajar por la convivencia en Oriente Próximo. Para eso es imprescindible, según Obama, que acaben los asentamientos judíos en los territorios ocupados, pues estas construcciones socavan los esfuerzos por la paz. Tienen que detenerse.

Serán sólo palabras, pero qué necesidad teníamos de escucharlas en quien tiene tantas facultades para hacerlas creíbles. Como dice hoy Nacho Escolar, las viejas palabras que nacieron antes que la historia son las que cambian el mundo ¿No estaba acaso formado de palabras aquel fantasma que recorrió Europa? -se pregunta el joven y agudo periodista- ¿Qué son las leyes, sino palabras? ¿Qué es la democracia sin libertad de expresión, sin la palabra? Y, lo más importante hoy en El Cairo, ¿qué tienen en común el islam, el judaismo y el cristianismo, las tres religiones del libro que Obama quiere hermanar? La palabra. Palabra de dios, pero palabra.

La cultura islámica nos ha brindado majestuosos arcos y altísimas torres; poesía y música de eterna belleza; elegante caligrafía y lugares de contemplación pacífica. Y en toda la historia, el Islam ha demostrado por medio de sus palabras y actos las posibilidades de la tolerancia religiosa e igualdad de las razas.
También dijo eso Obama. Y se refirió asimismo a la identidad de su país como una forja de todas las culturas provenientes de todos los rincones de la Tierra.

Lo paradójico y preocupante es que este magnífico discurso de Obama suene en El Cairo casi al tiempo que salta en Italia el escándalo Berlusconi, revelado hoy en imágenes por el diario El País y glosado con precisión en un editorial de este periódíco: Con este escándalo Berlusconi queda al desnudo, pero no como ciudadano, sino como político. Si hasta ahora sus salidas de tono se habían tomado a broma, hoy existen nuevas y poderosas razones para advertir que lo que el primer ministro está poniendo en juego es el futuro de Italia como Estado de derecho. Y una Italia que se deslice por la pendiente a la que la está arrastrando Berlusconi no es sólo un motivo de preocupación para los italianos, sino para todos los europeos.

En esta línea de preocupación habrá que incluir el éxito ayer de un partido ultraderechista en las elecciones al parlamento europeo celebradas en Holanda. Que se haya situado como segunda fuerza política -a un paso de ser la primera-, con un mensaje de manifiesto repudio al Islam, nos la hace presagiar como alternativa política de gobierno similar a la de Il Cavaliere en Italia, con su legislación xenófoba y racista.

El sagrado Corán nos dice: “¡Oh humanidad! Los hemos creado hombres y mujeres, y los hemos agrupado en naciones y tribus con tal de que se conozcan el uno al otro”. El Talmud nos dice: “Todo el Torá tiene como propósito promover la paz”. La Santa Biblia nos dice: “Benditos los que promueven la paz; ellos se llamarán hijos de Dios”. Los pueblos del mundo pueden vivir juntos y en paz. Sabemos que ésa es la visión de Dios. Ahora, ésa debe ser nuestra labor aquí en la Tierra. Gracias. Y que la paz de Dios esté con ustedes.

Así concluyó el histórico discurso de Barack Hussein Obama en la Universidad de El Cairo. Todos lo que hayan creído en sus palabras, tanto en su país como en Oriente Medio, en Europa y América Latina, es muy probable que tengan un motivo más para temer por su vida.

RedDIARIO
--Las inocentes fotos de Berlusconi. (El País).

- Sale desnudo el checo y su chapuza
y la incierta beldad despatarrada
ni se alarma ni hállase espantada
al ver cómo se exhibe sin excusa
el hecho genital con caperuza,
que pide simplemente una mirada
de la invitada de Silvio recostada
y objeto de ulterior escaramuza.
´Cavalieri´ de imagen transgresora,
anfitrión del cazzo y de la bella
que pilló el paparazzi en buena hora,
¿merece tal estampa una querella
que prive la visión admiradora
y prime la mirada leguleya?
(Spinela)

1 comentario:

Isidoro Nart dijo...

Deseo equivocarme pero ha sido tan nefasta la imagen y la realidad de la anterior administración que los "afeites" necesarios para cambiar la visión de la actual necesitan palabras tan hermosas como las de Obama en El Cairo. Puede que no tenga otro final que el que usted agura en su post, pero siendo más posibilista creo que el mundo se parecerá más a cómo ésta que a cómo quiere Obama teóricamente que esté. Tanta paz es imposible con tantos halcones volando detrás de las palomas.

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