EL PP VA A CONSEGUIR QUE SE MOVILICE LA IZQUIERDA

Lazarillo

Desconozco por qué ayer apareció el señor Mayor Oreja, cabeza de lista del PP a las elecciones europeas, con tan tosco maquillaje en el plató de Antena 3 TV. Es imperdonable que sus asesores de imagen no hayan reparado en el aspecto de don Jaime antes de situarse ante las cámaras para el segundo debate con su adversario del Partido Socialista, el señor Fernández Aguilar, que ya le vapuleó en el primero.

Lucía el candidato conservador un rostro extrañamente arrebolado y se hacía notar en su cabello encanecido una no menos llamativa mecha rubia. Detalles tan anómalos en su aspecto vinieron a resaltar más si cabe la fisonomía taciturna y encrespada que le acompañó a lo largo de la discusión.

Lo de Mayor ayer fue otra vez un dechado de agresividad trasnochada, incapaz nuevamente de salirse del guión de las cifras de desempleados en nuestro país, la defensa del español como idioma amenazado y su oposición al aborto autorizado sin necesidad de permiso paterno para quienes hayan cumplido los 16 años. Para solventar lo primero no da soluciones, porque las propias de la derecha suelen consistir en mermar los derechos sociales y eso resta votos. Para lo segundo tal parece que haya que reconquistar la España una que don Jaime recuerda plácida. En cuanto al aborto, el señor Fernández Aguilar le recordó a su oponente que había refrendado la opinión del cardenal Cañizares cuando a éste le pareció la interrupción del embarazo mayor crimen que el abuso sexual de colegiales.

En similar mal tono, que la moderadora Gloria Lomana no pareció advertir pues habló de lo contario, don Jaime tuvo que recurrir a los viejos tiempos de Roldán y los GAL para atacar a su adversario, sin que éste se inmutara por tan precarios y manidos argumentos, ajenos totalmente a la actual coyuntura de España y mucho más a los objetivos del debate, España en Europa, que el señor Mayor Oreja se empeñó en reconvertir en una discusión más propia de unas elecciones generales a cara de perro y con ostensible retraso.

Que Mayor Oreja, con la incuestionable prosapia de su madurez política, haya tenido que apelar a tan ralos y crispantes recursos cuatro días antes de una cita electoral, denota antes que nada el nerviosismo y la inseguridad de su partido ante una cita que pueda suponer una nueva derrota para el PP. Gracias a comportamientos como los de don Jaime, a los que sólo faltaría una declaración aznariega de última hora para colmarlos, el Partido Popular puede favorecer el factor más decisivo para que su derrota sea un hecho: movilizar a la izquierda. Ánimo que sólo falta un poco y queda poco tiempo.