lunes, 1 de junio de 2009

¿CELEBRA BERLUSCONI SUS FIESTAS CON ENANOS Y BAILARINAS?


Félix Población

Quienes conozcan Italia y sus gentes se imaginarán el clima de efusión participativa y responsabilidad cívica con que la ciudadanía acometerá una edición más las elecciones europeas. Es muy posible que allí nos superen en estas expectativas porque los partidos mayoritarios también están reñidos en polémicas tan aladas como las derivadas del uso de los aviones oficiales para fines que no lo son.

Si resulta de una estulticia supina la denuncia promovida por el Partido Popular por el uso supuestamente indebido que ZP ha hecho de un avión Falcon de las Fuerzas Aéreas, como si la seguridad del Presidente del Gobierno fuera divisible en tanto que tal unas veces y en tanto que líder de su partido otras, lo que ha ocurrido en Italia a cuenta de Berlusconi asombra por el tinte esperpéntico del caso, con la consiguiente y enésima dosis de desencanto de los ciudadanos ante la clase política.

La oposición italiana está sumamente alterada luego de que el diario La Repubblica, uno de los más prestigiosos del país, estampara unas fotografías en las que un respetable número de invitados de Il Cavaliere descienden de un avión de la aeronáutica militar en el aeropuerto de Cerdeña para asistir a una fiesta de 48 horas programada por el primer ministro en su residencia insular.

Según Antonio di Pietro, que lidera en aquel país un partido nominalmente tan ejemplarizante como el que se autoproclama Italia de los Valores (IDV), si ya es grave el hecho de que esa pléyade de asistentes al festejo de don Silvio utilizara un medio de transporte estatal, de confirmarse que bajaron del avión militar enanos y bailarinas para divertimento de Berlusconi y sus huéspedes, serían plurales los actos ilícitos.

No aclara Antonio di Pietro en qué consistirían, pero se nos antoja por la composición del elenco que Il Cavaliere pudiese apetecer un espectáculo nutrido de bufones y sicalípticas danzantes, lo cual -unido a las querencias por las adolescentes que rompieron su matrimonio- situarían a don Silvio casi al rasero de los emperadores romanos en sus ocios, amores y esparcimientos.

Lo malo es que todo esto puede movilizar más a la derecha berlusconiana. Bien porque lo crea como campaña insidiosa del centro-izquierda, bien porque lo suyo es votar emperadores.

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