Félix Población
El pasado miércoles, 8 de abril, a las 15,35 horas, fue dada de alta en el Hospital de Canto Blanco de Madrid mi anciana madre de 92 años, en ausencia de sus familiares directos, sin que hasta esa fecha y hora esperasen los mismos -habida cuenta las características y afecciones de la paciente- la más mínima posibilidad de que el alta se produjera en esa fecha, sino una vez concluida la semana, tal como les participó un doctor del centro un día antes.
Durante toda la mañana del miércoles, los hijos de la paciente estuvieron presentes en el hospital a la espera de la cotidiana información médica. No la hubo a mediodía, como era habitual. La noticia del alta les fue participada por teléfono a las 15,40 horas por la señora que atendía a la paciente durante la hora del almuerzo. Sólo a esa hora estaban ausentes los hijos de la interna, por lo que tal parece que el momento elegido no era el más indicado.
Máxime si, una vez enterados los hijos de la paciente de la sorpresiva alta, éstos tardaron algo menos de media hora en presentarse en el hospital y observaron con perplejidad que su madre ya había sido trasladada a su domicilio con inusitada celeridad, sin que la doctora Manuela Beltrán Ascensión, responsable de tal decisión, haya tenido a bien entregar a los familiares de la paciente el correspondiente informe médico, con las recomendaciones de tratamiento propias del caso.
La celeridad en el traslado, así como el desalojo de otros enfermos del centro, a esa hora y en esa fecha, previas a los días festivos de Semana Santa, me hace sospechar de la idoneidad de esas repentinas altas, que en el caso de mi anciana madre no se adecua a lo establecido en un informe médico previo. Tres días de ingreso para tratar una supuesta contusión en la cadera, así como una infección renal y un encharcamiento pulmonar que requirieron antibióticos y asistencia de oxígeno, no parece lo más adecuado para dar de alta a una paciente de 92 años.
La doctora Beltrán Ascensión debería saberlo y actuar en consecuencia al margen del calendario festivo y las disponibilidades de personal, porque mi anciana madre acaba de volver a ingresar por urgencias en La Paz, el mismo hospital del que la citada médico depende. Dicho queda por si gracias a su celo profesional pudiésemos esperar lo peor.
PS.-
Después de su tercer ingreso en urgencias de La Paz, a la anciana madre, hija del acero, se le diagnostica finalmente una fractura de cadera, que pasó desapercibida (contusión en el lado derecho figura en el informe, siendo realmente fractura en el izquierdo) tanto en este centro como en el que estuvo internada menos de tres días, con alta a mediodía del tercero.
6 comentarios:
Es indignante que los médicos consientan que primen los criterios que pertenecen a la economía y la gerencia de recursos, en contra del criterio médico; y con esas prácticas han conseguido que de ser los profesionales más respetados hayan pasado a ser de los más despreciados.
Mis mejores deseos para tu madre.
¡Ánimo!
Un abrazo y que todo salga bien.
Esta es la dura realidad en todas partes.Yo también he vivido experiencias parecidas con mi madre durante más de 10 años. En época vacacional o en días festivos desaparecen los servicios debidos. Nuestros impuestos, en cambio, no conocen festivos ni puentes. ¡Ánimo!
Amigos esta no es medicina los medicos en realidad no son médicos son la farmacéutica y por lo tanto todo tratamiento medico es falso . solamente esta orientado al lucro quitándole años de vida a los pobres ancianos . La solución existe con medicina celular que activa el sistema inmunológico . La medicina de hospital solo daña el sistema inmunológico creando la muerte anticipada del paciente y nadie hace nada por cambiar a estos sicarios de médicos universitarios enseñados por las farmacéuticas . Consejo 4 gramos de potasio 1 gramo de magnesio vitamina c 3 gramos diarios vitaminas b coenzima q10 3 litros de agua y quitar carbohidratos y el sistema inmunológico se activara y luchara contra cualquier enfermedad
Hola buenos días, acabo de descubrir este comentario acerca de la doctora Manuela Beltrán Ascensión, y quisiera aunque tarde comentar mi experiencia con ella.
Era finales del año 2010 cuando mi suegro fue hospitalizado por orden judicial (por desgracia) en esta unidad de geriatría del Hospital canto blanco por un trauma debido a la reciente muerte de su hija, diagnostico demencia.
Vivimos en primera persona como cuando esta señora estaba de guardia por la noche los paciente más "rebeldes", mi suegro solo pedía que no le pusieran el dodotis porque era autosuficiente, eran atados a la cama y sedados, sin saber el motivo y sin conocimiento de la familia ni del medico responsable de su seguimiento, mi suegro llegamos a encontrarlo en coma inducida.
En los días que estuvimos allí vimos como cuando ella estaba de noche al día siguiente habían fallecido uno o dos ancianos que el día anterior paseaban por el jardín tranquilamente.
Las enfermeras decían saberlo pero no hablaban porque se jugaban el puesto.
También amenazo con darle el alta pero como el ingreso fue por orden judicial no lo consiguió, lo que sí conseguimos es que fuera trasladado a la unidad de rehabilitación, el trato allí fue de excelente hasta su traslado a la residencia, donde nos explicaron al ver los informes que le habían suministrado en el hospital un tratamiento para esquizofrénicos graves para "tumbarlo" y que tenia varias úlceras de decúbito no tratadas.
Una vez en la residencia se recupero mucho pero debido al los tratamientos recibidos que le debilitaron a los pocos meses falleció de una neumonía.
Es lamentable que estos casos enturbien el buen hacer de los demás sanitarios, pero ellos al callarse se convierten en cómplices.
No quiero ni pensar lo que habrá echo durante la pandemia y lo que hará con la nueva ley de eutanasia.
Un fuerte abrazo.
Podría usted indagar como periodista lo que sucede en dicho hospital, pero a no, que usted como buen zurdo está a favor de la eutanasia (asesinato) de los ancianos, pero de los demás, no su madre claro.
Un saludo camarada.🙋♀️
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