lunes, 23 de marzo de 2009

LA NOBLEZA FRANQUISTA


Félix Población

Recordaba ayer Octavio Alberola que una declaración institucional del Congreso de los Diputados, fechada en el mes de noviembre de hace casi siete años, condenaba el régimen franquista como es propio del vigente periodo democrático que vive nuestro país desde hace más de tres decenios, aunque no se pueda obviar lo ostensible del retraso.

Comentaba el magistrado Martín Pallin, en el artículo al que también ayer aludíamos, que los historiadores futuros comprobarán asombrados que hubo una Causa General contra los vencidos y ni un solo procedimiento penal contra los que recibieron el apoyo de Hitler y Mussolini, sin que la aprobación de la Ley de Memoria Histórica, ahora hace un año y con mucho mayor restraso, haya servido para algo más que dejar a los miles de víctimas del golpe de Estado franquista, enterrados en las cunetas y fosas comunes, al azaroso destino de un juez que las ampare.

Así las cosas nos enteramos hoy, gracias a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que quien fuera hasta hace unas semanas ministro de Justicia, y a quien el Partido Popular tildó en su día como rojo peligroso, el señor Fernández Bermejo, no sólo se dedicó a ir de montería en las últimas fechas de su gestión, sino que antes de presentar su dimisión firmó una orden muy especial y significativa. El ex ministro de Justicia renovó el pasado 20 de febrero la sucesión del título de duque de Mola con Grandeza de España, concedido por Franco en 1948 al general Emilio Mola.

Dado que ese general fue quien dijo, el 19 de julio de 1936, que hay que sembrar el terror, hay que dejar la sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros, es razonable que la citada asociación reclame la retirada de ese título nobiliario, pues Mola fue uno de los militares que alentaron especialmente el ejercicio de la violencia y la dura represión que siguió al golpe de Estado.

Junto a Mola tienen títulos de nobleza equivalentes otros adalides de la rebelión militar como Onésimo Redondo, conde Labajos, el general Dávila, marqués de Dávila, y el general Queipo de Llano, marqués de Queipo de Llano. Que hasta ahora se hayan renovado sin novedad esos títulos, mientras en las cunetas de España subsisten a la espera del justo desagravio los restos de quienes fueron sus víctimas por oponerse al fascismo, explica por qué con los impuestos de todos los españoles la Diputación de Castellón, administrada por el Partido Popular, publica libros en los que se define la dictadura como un periodo de justicia, paz, orden y armonía.

RedDIARIO
¿Y el título de Rey? (Público).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Piensan los grandes medios de comunicación que ésta es una noticia para el B.O.E., simplemente? Vergüenza, vergüenza para todos: para los que disfrutan esos títulos, para quienes los otorgan y los renuevan, para quienes los ocultan. Estupenda aristocracia refrendada por el socialismo.
Gracias Diario del Aire por dar conocimiento de estas cosas.

Anónimo dijo...

Y nuestras más jóvenes generaciones siguen sin saber qué fue la República, primer periodo democrático en la historia de España. ¿Qué democracia es esta que renueva títulos de Grandes de España a quienes combatieron a la República?

Anónimo dijo...

Sólo nos parecemos a Chile y Argentina, dentro de Europa seguimos desentonando gracias a los panegiristas del golpismo decimonónico, y la culpa la tienen todos los gobiernos "socialistas" que hubo hasta ahora, incapaces de enfrentarse con nuestra memoría histórica y saldarla como es debido.

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