martes, 3 de febrero de 2009

WYOMING SE LA JUEGA A INTERECONOMÍA



Félix Población

Confieso que cuando conocí el vídeo, profusamente difundido días atrás, se me hizo difícil admitir que las secuencias de Wyoming echando la bronca a una medrosa becaria, durante un ensayo de su programa televisivo El Intermedio, podrían responder a un meticuloso montaje. En primer lugar porque la presentación formal de su contenido cumplía más o menos con los requisitos de una filmación artesanal y clandestina, indispensable para hacer creíble el invento. En segundo término porque, a pesar del lenguaje utilizado por el protagonista en menoscabo de la dignidad de su compañera -totalmente improcedente en quienes conozcan a Wyoming-, nadie está libre de un pronto tan reprochable en un momento de ofuscación o mal café.

Todos los medios se hicieron eco de ese vídeo durante el pasado fin de semana y ninguno, que yo sepa, se atrevió a discernir si lo que se presentaba era realidad o ficción, aunque en varios se apuntaba la posibilidad de que se tratara de un montaje. No figuraba entre éstos el programa Más se perdió en Cuba, del canal ultraconservador Intereconomía TV, tan caracterizado por sus continuadas diatribas contra Wyoming y sus compañeros de El Intermedio. Antes de morder el vídeo-anzuelo en cuestión, el presentador de ese espacio había calificado a Wyoming de bufón, tirano y poeta de alcantarilla, y a la presentadora Beatriz Montañez de ejercer el oficio más antiguo del mundo por haber parodiado a una prostituta en uno de los sketch con los que se sazona el citado programa

Bajo los efectos sin duda de tan indignantes como inadmisibles descalificaciones, José Miguel Monzón (Gran Wyoming) y su equipo, en lugar de empeñarse en una sucia pugna de reprobaciones que no casaría con la filosofía de El Intermedio, apelaron a la sagacidad del ingenio y montaron ese vídeo que remitieron de inmediato a sus colegas de Intereconomía, convencidos acaso de que la voracidad crítica de éstos les haría comerse tan suculenta carnada hasta muy dentro.

No sólo fue así, sin que en ningún momento los receptores del ardid contrastasen profesionalmente la naturaleza del mismo, sino que todos los medios ideológicamente afines, desde Periodista Digital a La Nación -este periódico hasta quiso montar una campaña en favor de la becaria ofendida-, se apuntaron al fusilamiento mediático de Wyoming y los suyos con tanto apresuramiento y denuedo como ligereza.

Si una vez los profesionales de Intereconomía se prestaron a ser guardaespaldas para cubrir al señor Fabra en Castellón del asedio informativo de Estíbaliz Gabilondo, reportera de CQC en La Sexta, ahora su papel ha sido mucho más bochornoso. No contrastar la fuente de una información, servirse de la misma para denostar a unos compañeros y quedar por todo eso en evidencia les deja en el subsuelo del oficio. Es lo que ha pretendido y logrado certificar Wyoming con la solvente efectividad del medio audiovisual en que se mueve, en este caso con sobresaliente agudeza.


RedDIARIO
Wyoming se explica. (Escolar).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Y ahorá qué dirán los detractores, que el montaje no era tal montaje y que para esp han montado ahora este montaje.

Anónimo dijo...

Ahora se dice que en vez de un montaje es un engaño, como si el programa de Wyoming fuera un informativo y afectase a la deontología periodística. No, si se creyero el sketch de la Montañez haciendo de puta, son capaces de crérselo todo como queda probado, eso sí con tal de joder al Wyoming que era de lo ques e trataba.

Anónimo dijo...

Lo que hace Wyoming no es periodismo, ni periodismo satírico. Wyoming no hace un informativo , ni siquiera un informativo satírico, sino un espectáculo, un show sobre la actualidad, en el que cabe todo cuanto pueda ser creativo y pueda girar en torno, como es el caso, a un periodismo -ese sí- desaprensivo, que califica a una compañera de Wyoming de puta sin que el resto de la profesión se inmute. Por eso su montaje con la becaria me parece una excelente lección de showman/actor -no de periodista, que no lo es- para situar a esa gentuza donde se merece, que no debería ser en el oficio al que desprestigian a diario.

Anónimo dijo...

Se lo tragó mucho periodista ambientado en ese tipo de clima de trabajo, por eso hace ahora de hipócritas defendiendo una profesión en la que todos son agravios.

Anónimo dijo...

Qué mal se llevan, de verdad.

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