lunes, 16 de febrero de 2009

VENEZUELA ENMIENDA SU CONSTITUCIÓN Y VOTA A CHÁVEZ


Félix Población


El resultado del referéndum celebrado ayer en Venezuela para aprobar o rechazar una enmienda constitucional que habilita a la ciudadanía para que cualquier proyecto político, bajo el liderazgo de un presidente o presidenta, sea decidido sin límite en las urnas, ha sido todo un éxito a favor del nuevo replanteamiento de los artículos en cuestión de la carta magna. Con una diferencia de casi un millón de votos, 54,36 por ciento frente a 45,63, la aprobación de la reelección sucesiva en cargos de elección popular es ya un hecho gracias a la modificación de los artículos 230, 160, 162, 174 y 192.

Según el artículo 230, la constitución venezolana establecía hasta ahora que el periodo presidencial se cifraba en seis años, con la posibilidad de que el presidente o presidenta fuera reelegido/a de inmediato y por una sola vez para un nuevo periodo. Los restantes artículos ahora reformados también establecían ese límite para los gobernadores o gobernadoras, alcaldes o alcaldesas y diputados o diputadas de la Asamblea Nacional. Es de recordar que ésta es la primera vez en Venezuela (la segunda bajo la presidencia de Hugo Chávez) que se somete una enmienda constitucional a un referéndum aprobatorio, pues antes se dilucidaban sin consulta popular.

La modificación del artículo 230 se adapta constitucionalmente a lo que es habitual en 27 países de Europa, donde se dan 10 reelecciones presidenciales limitadas y 17 continuas, sin que en ningún caso se estime ni por asomo que esas naciones estén sometidas a gobiernos autoritarios. Jacques Chirac se mantuvo al frente de la presidencia de Francia durante 12 años y se retiró finalmente por decisión propia. El primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, gobernó aquel país durante tres periodos, a lo largo de diez años. Nuestro Felipe González, sin ir más lejos, fue reelegido hasta cuatro veces entre 1982 y 1996, sin olvidar que España tiene como Jefe de Estado a un rey con carácter vitalicio, al que sucederá su hijo por derecho hereditario.

Ayer, una vez sabidos los resultados del referendo, el presidente venezolano citó dos palabras que pueden resultar sinónimas en su discurso de celebración. La primera se la debe a su abuela, Rosa Inés Chávez, y es el verbo consagrar: Me consagro íntegramente al pleno servicio del pueblo venezolano, dijo Chávez. La segunda es un fragmento de una carta de san Pablo, que le recomendó su asesor espiritual, el padre Rojas: Me consumo y me consumiré gustosamente al servicio del hombre sufriente, de la mujer sufriente, del pueblo sufriente. (Ver vídeo del discurso).

Creo que referencias de ese tipo, tan imbricadas emocionalmente en la médula popular, han sido decisivas para sazonar de atractivo mediático una muy intensa y bien pergeñada campaña en pro del sí y hacer posible finalmente que la enmienda constitucional fuera aprobada, dando con ello la ciudadanía un voto a favor de la continuidad de Hugo Chávez y su democracia socialista, a menos que Dios o el pueblo dispongan otra cosa.

Sólo el incumplimiento de esas palabras de Rosa Inés y san Pablo, con las que se comprometió el presidente, podrá desalojar democráticamente a Chávez del proyecto revolucionario que personifica. Para eso es sumamente recomendable, ahora que se trata de una bien ratificada expectativa de largo alcance y ambiciosa meta, que en torno a ella no se afinquen los que esperan medrar a su costa de modo espurio y privilegiado. Siempre los hay ante empeños de esa o incluso menor entidad, y su codicia puede malograr los más dignos anhelos, presidente. Aquí en España, el proyecto de González, que también levantó entusiastas expectativas en 1982, se quebró por corruptelas, y don Felipe no aspiraba a tanto como don Hugo.

RedDIARIO
La obsesión contra Chávez. (Marco Schwartz, Público).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y no se olvide además que en la constitución de Venezuela hay referendos revocatorios para sustituir a los cargos públicos si es menester.

Anónimo dijo...

No hay otra manera, Adelante Chávez.

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