sábado, 14 de febrero de 2009

PÚBLICO Y EL PAÍS ANTE EL REFERÉNDUM EN VENEZUELA


Melibea

LLama la atención que las dos noticias más sobresalientes sobre Venezuela en esos dos periódicos, cuando ese país está en vísperas de un reférendum que plantea una enmienda constitucional para ampliar los periodos de reeleción a la presidencia de la república (así como a otros cargos públicos), sean hoy el viejo problema de la violencia, en el caso del primero, y la expulsión de aquel país del periodista y eurodiputado del Partido Popular Luis Herrero -según informa El País-, acusado de arremeter contra el proceso electoral que se celebrará mañana.

Cierto que sería impensable esperar del segundo de los rotativos que tuviera en cuenta las declaraciones de la portavoz de a Comisión Económica para América Latina y Caribe (CEPAL), expuestas a través de CNN, confirmando los avances sociales Venezuela a lo largo de los pasados diez años. Esto es, que se ha triplicado el gasto social, se ha reducido a la mitad la tasa de pobreza, ha decrecido en un 72 por ciento la pobreza extrema, se ha duplicado el número de beneficiarios del sistema público de salud y se ha incrementado más del doble el índice de escolarización en educación superior.

No, sin duda era inimaginable que el diario El País se atreviera a competir al respecto con sus colegas de CNN, con quienes tan identificados están en otros órbitas informativas. Pero tampoco esperábamos del diario Público, por las diferencias de matiz que habíamos observado en su tratamiento periodístico relativo a Iberoamérica, que algo tan común a tantos otros países de América Latina como es la violencia -con casos tan crónicos y sangrantes como los de Colombia, Guatemala, México o El Salvador- ocupara hoy un espacio tipográfico totalmente desproporcionado (con la fotografía que acompaña estas líneas a cuatro columnas) en relación con el que se le dispensa a la consulta electoral, apenas media columna.

Quiérase o no, lo que estos días atrás ha sido noticia en Venezuela ha podido ser contrastado a través de Internet con sobrada evidencia. Son las multitudinarias convocatorias ciudadanas aglutinadas en torno al voto afirmativo de la enmienda constitucional. Silenciarlas, eludirlas o minimizarlas, primando la justa expulsión de un eurodiputado patrañero que, en lugar de oficiar como observador internacional, ataca el proceso electoral del país que le acoge a tal efecto, o magnificando el conflicto de la violencia -muy anterior a los gobiernos de Chávez-, es lo habitualmente sabido y deplorable en el caso de El País y nos sorprende y decepciona en el de Público, sobre todo porque estimamos que este periódico no se atiene con ello a su público.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Este señor es el mismo que dijo que Wyoming no había terminado la carrera de medicina, o sea que su crédito para creer en lo que dice es muy poco. ¿Quién es él, además, para criticar un proceso electoral al que asistía en calidad de observador? Lo que que creo es que ha buscado este incidente para crearle un conflicto diplomático con Chávez al gobierno de España.

Anónimo dijo...

Se veía venir con la salida de Escolar -por imposición de los judios- que ese periódico que se vende como progresista y alternativo, terminaría siendo una mierda más pinchada en un palo, en manos del infiltrado del Grupo Prisa. Esperemos que por lo menos continue Reig, Saco, Ortiz y alguno más, para seguir comprándolo.

Anónimo dijo...

MAXALVAREZ: ¿Tienes pruebas de lo que afirmas? No dudo de que pudiera ser posible, pero el propio Escolar dijo que no se trataba de eso...

En cuanto a Venezuela, alucino cuando leo que que Chavez quiere ser presidente "vitalicio", cuando lo que se pretende (salvo que yo me equivoque) es quitar la injusta norma de la limitación de mandatos, que en España no existe para nuestros presidentes o alcaldes.

Saludos.

Anónimo dijo...

No hay pruebas, cierto, pero el tratamiento que se está dando a Venezuela desde hace un tiempo da que sospechar y sería una pena.

Anónimo dijo...

Es muy fácil criticar a Chávez, sin tener en cuenta: 1) que la norma aprobada ya existe en nuestro país, 2) que nuestro -hasta hoy- estado de bienestar nos hace olvidar las graves carencias de qué adolecen Venezuela y otros países, 3) que si nos parece que su práctica demócrata es imperfecta, qué decir de la de España... y 4) visto el tejido social de Venezuela, mal que nos pese, ¿es posible otro camino para mejorar la vida de la mayoría de venezolanos?

Anónimo dijo...

Hay que darle crédito a Público, porque de lo contrario qué nos queda.

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