ABC Y LA RAZÓN SE QUITAN FIRMAS Y EDITORIALES

Lazarillo

Al diario La Razón, el más resentido por el ascenso en ventas de ABC en los últimos meses, se le ha ido el segundo de sus columnistas más influyentes, Gabriel Albiac, después de la salida del eurodiputado Vidal Quadras. Albiac firmará a partir de hoy en ABC -dicen que por haber sido censurado en el otro rotativo- y al director Francisco Mahuenda sólo le falta que se le vaya Ussía, que procede de ABC, para que el resentimiento sea mucho más notable.

Quizá por eso el equipo editorial del periódico fundado por Anson debe de andar con tal grado de desconcentración y falta de tino que en un aspecto tan fundamental para sus intereses aquí en la tierra como en el cielo, esto es, la defensa de la vida como bien moral superior y derecho supremo del individuo que no puede ser violentado y que debe ser amparado por los Estados -nos referimos obviamente al caso de Eluana Engaro en Italia-, no tiene ninguna reserva en seguir casi al pie de la letra el editorial de su competidor, tal como refleja ABC en su edición de hoy con perceptible ironía.

Si se comparan los dos artículos editoriales, uno publicado el pasado día 7 y otro ayer domingo, se comprobará lo razonable que es la nota con que el periódico que marca la pauta presenta ambos textos a sus lectores: "ABC suscribe, punto por punto, el brillante editorial que bajo el título «En defensa de la vida» publicó ayer el diario «La Razón» en relación con la polémica suscitada en Italia en torno al «caso Eluana». No podía ser de otra manera porque, punto por punto, nuestro admirado colega reproduce todos y cada uno de los argumentos esgrimidos por ABC en su editorial «Toda una vida», publicado el pasado sábado 7 de febrero, un día antes del editorial de «La Razón». Nunca nuestro diario ha estado tan de acuerdo, en fondo y forma, con la opinión de un competidor. No nos duelen prendas en reconocer que el editorial de «La Razón» es certero en el análisis, brillante en la ejecución y convicente en el diagnóstico, tal vez porque se «inspira» en el nuestro hasta el punto de que, tras una atenta lectura de ambos, se diría que su editorial ha hecho suya la línea argumental de ABC con tanto respeto y literalidad que no podemos por menos que sentirnos orgullosos. No resulta fácil erigirse en creador de opinión; por eso reconforta que los argumentos propios encuentren, un día después, reflejo - casi sin matices-, en los argumentos de otro. Como muestra de la credibilidad de ABC, ofrecemos a nuestros lectores la prueba de que nuestra opinión sigue marcando pauta".

Es de esperar que entre el diario El País y Público, su reciente competidor por la izquierda, nunca lleguemos a advertir tan flagrantes similitudes, a pesar del creciente recelo que al señor Cebrián y a su empresa le empiezan a despertar los resultados de difusión del nuevo rotativo. Más que nada porque lo de ABC y La Razón refleja sobre sobre todo que, por identificarse hasta tal punto, uno de los dos periódicos puede llegar a sobrar no muy a la larga.