sábado, 20 de diciembre de 2008

MARRUECOS TORTURA A LOS INDEPENDENTISTAS SAHARAUIS


Lazarillo

Lo vienen repitiendo durante años diversas asociaciones solidarias con el pueblo saharaui y otras de carácter humanitario sin que sus denuncias apenas afloren a los medios. Se ha llegado a decir incluso que hubo detenidos que perdieron la vida en las cárceles marroquíes. Pero sólo ahora, hoy, cuando Human Rights Watsch lo ha revelado en su último informe, la violencia policial ejercida por las fuerzas de seguridad del país invasor contra los independentistas saharauis ha llegado a saltar incluso a la portada del diario El País. Se da la circunstancia de que esta noticia se produce después de que el primer ministro de aquel país se diera de besos con ZP en La Moncloa esta misma semana.

La documentación fue presentada ayer en Rabat en una tensa conferencia de prensa de la que informa hoy el citado periódico. En su conclusiones, la organización aludida urge a la ONU para que tome cartas en el asunto y da los nombres de policías implicados en dar palizas a los detenidos. Se recuerda en la crónica del corresponsal que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos elaboró hace más de dos años un estudio que nunca se hizo público a causa del veto de Marruecos, aunque funcionarios de la organización lo filtraran, no obstante, a la prensa.

Coincidente y paradójicamente con esa información aportada por El País en su segunda página, podemos leer en la tercera otra crónica desde la capital marroquí en la que se nos comunica que Rabat recupera la memoria de la era oscura de Hassan II, reconvirtiendo comisarías y cárceles de la represión en centros culturales, como si unas y otras no formasen parte del presente que HRW acaba de denunciar.

O sea que en presente de indicativo las fuerzas de seguridad marroquíes detienen arbitrariamente a manifestantes y presuntos activistas saharauis, a los que golpean, torturan y obligan a firmar confesiones incriminatorias, todo ello con virtual impunidad; y los tribunales los condenan y enian a prisión mediante procesos injustos. Esas cuatros líneas - escribe Manuel Rivas también hoy mismo en su columna sabatina de contraportada en El País- pesan ahora mismo mucho más que todos los legajos. El reino de Marruecos levantó un muro de 2.000 kilómetros para frenar a los saharauis que viven el inhóspito éxodo desde hace más de 30 años. Pero el muro no puede ocultar esas cuatro líneas. Comprendo ahora más que nunca al niño saharaui, descalzo, que en una escuela promisoria levantada en el pedregal preguntó en español delante de una esfera terrestre abollada: "¿Y no hay otra?".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Damos besos a los opresores de lo que todavía hace menos de cuarenta años eran ciudadanos españoles y nos llamamos socialistas.

Anónimo dijo...

SAHARA LIBRE YA

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