miércoles, 17 de diciembre de 2008

ALFONSO SASTRE: DEMOCRACIA Y OPRESIÓN


Félix Población

El pasado 11 de diciembre, coincidiendo con el estreno por el Centro Dramático Nacional de su magnífica obra La taberna fantástica, el diario El País publicó una entrevista con su autor, el dramaturgo Alfonso Sastre. La interviú no fue extensa pero tampoco precaria de espacio impreso, por lo que se echa en falta que algunas consideraciones de Sastre respecto al País Vasco y su relación con el Estado español quedaran sólo formuladas, que no argumentadas, a lo largo de la charla.

Como es bien sabido, a Alfonso Sastre, residente en Euskadi desde hace muchos años, se le identifica por su vinculación con lo que ahora el periodista del citado diario considera el nacionalismo radical vasco y antes era Herri Batasuna o la llamada izquierda abertzale. En sintonía con esa vieja onda, don Alfonso estima en la entrevista a la que me refiero que una parte de la opresión de España sobre el País Vasco ha desaparecido tras treinta años de democracia, pero otra no.

Un lector del diario El País se pregunta hoy con razonable sorpresa por qué después de afirmar eso el señor Sastre no llegó a argumentarlo en la entrevista publicada. Si hubiera sido así, está en su derecho Rafael Lechner de inquietarse porque el periodista no solicitó como debiera una respuesta aclaratoria que desarrollase en qué consiste la supuesta opresión vigente sobre Euskadi.

Precisamente en esas fechas se había hecho notar otra vez la única opresión cierta y ya rancia que conoce el País Vasco. Un empresario septuagenario, sin escolta ni más custodia que su previsible horario de rutina cotidiana, acababa de ser fácil diana mortal de ETA, organización terrorista a la que no sé si Sastre sigue considerando como movimiento de liberación vasco.

Quizá exponer otros argumentos opresores por parte de don Alfonso no fuese en esas circunstancias lo más oportuno, máxime cuando una excelente obra suya, estrenada con éxito en un teatro privado de Madrid en 1985 -en ese montaje se consagraría como actor Rafael Álvarez El Brujo- , iba a ser reestrenada en un centro institucional perteneciente al Estado opresor.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Al dramaturgo le vino bien decir lo que dijo y al periódico también. O sea que lo más probable es que todo estuviera concertado.

Anónimo dijo...

¿Cuánto cobra Sastre por eso?

Anónimo dijo...

Recuerdo muy bien aquella memorable función, fue un gran éxito de crítica y público, y eso que entonces Sastre era muchos más radical en sus declaraciones, sólo que una cosa era el teatro y la literatura y otra la política de los suyos. Se hablaba de Sastre dramaturgo y se olvidaba todo lo demás. Hasta se le dedicó todo un cuaderno en una revista del Ministerio de Cultura del estado opresor. Eso sí, sin hablar de lo que no se debía.

CARTESANA dijo...

Magnífico el post. Enhorabuena al blog y al autor. Saludos.

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