martes, 25 de noviembre de 2008

EL OLVIDO DE ROUCO Y LA MEMORIA DEL GOBIERNO


Félix Población

Ha dicho el cardenal arzobispo de Madrid, en relación con los intentos de reparación de los vencidos en la Guerra Civil que fueron asesinados durante el franquismo, que a veces es necesario saber olvidar y cultivar el espíritu de reconciliación de la Transición. Mientras formula este deseo, el ríspido Rouco y sus colegas promueven, tal como hicieran hace un año durante el debate de la Ley de la Memoria Histórica, un nuevo proceso de beatificación de 498 religiosos asesinados en el transcurso del conflicto, coincidente esta vez con el proceso abierto por el juez Garzón por los desaparecidos de la dictadura. Aunque éste al cabo se haya quedado en nada, está claro que la amnesia deseada por el cardenal no afecta al revival por sus mártires.

Todos sabemos, además, como hoy participa a sus lectores el diario El Plural, que además de movilizar el beaterio cada vez que se promueve una reparación de las víctimas del franquismo, a la iglesia española se le pueden imputar no pocos pecados rememora/conmemorativos del ayer franquista. Por un lado, hay entre sus pastores algunos que siguen oficiando misas y demás actos religiosos en homenaje al extinto Caudillo y a su cruzada. Por otro, desde la emisora de la obispalía, además de fomentar un revisionismo histórico pródigo en exculpar, justificar y hasta defender tanto el golpe de Estado del 18 de julio como la subsiguiente dictadura, se ha venido ejerciendo y se ejerce un periodismo abominable, más propio de una sociedad civilmente enfrentada que de la España convivencial y democrática en la que todos creemos y deseamos vivir.

El ministro de Justicia dijo hace unos días que desde su departamento se va a prestar toda la ayuda posible a los familiares de los desaparecidos durante el franquismo, una vez el juez Garzón se ha declarado incompetente para seguir el proceso y la investigación corre el riesgo de extinguirse sin consecuencias en los juzgados territoriales. Mucho me temo que el voluntarismo expresado por el señor Bermejo denota la impotencia y el apocamiento del Gobierno para haber acometido ese empeño con la determinación requerida y que nunca me temo cuajará con la efectividad que sería de menester.

El ríspido Rouco pide olvido y el Gobierno de ZP aborda una Ley de Memoria Histórica que se queda a medias y que ha tenido por característica la de merecer el rechazo de la derecha y la disconformidad de la izquierda. A uno y otro, al cardenal y al Gobierno, conviene recordarles en estas circunstancias el lema que Amnistía Internacional invoca ante la obligación y necesidad de investigar los crímenes contra la humanidad cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo: Para pasar página, primero hay que leerla.

Cuarenta juristas han suscrito el manifiesto de AI porque saben que quienes como Rouco pretenden lo contrario, pasar página sin leerla, pueden favorecer la posibilidad de que en el futuro se vuelva a escribir esa misma y trágica página por no haberla leído. De momento, los obispos siguen beatificando a sus mártires mientras muchas de las víctimas de su cruzada siguen a la intemperie de la desconsideración y el olvido porque, tanto la memoria del Gobierno como la probidad de la justicia, son insuficientes para honrar su recuerdo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amnesia para las víctimas de los vencedores "en tiempo de paz" y altares para las víctimas de los vencidos en tiempo de guerra, como con Franco pues, eso quiere Rouco.

Anónimo dijo...

ROUCO PANCARTERO
ROUCO PANCARTERO
IGLESIA MUERTA

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