sábado, 18 de octubre de 2008

ESCÁNDALO PASCHINI: LA VERDADERA ACTITUD DEL VATICANO HACIA GALILEO


Hermes H. Benítez
(Canadá)

Este tardío pero revelador episodio del “caso Galileo”, sacado a la luz por algunos estudiosos italianos sólo en 1979, es hasta hoy casi desconocido en el mundo de habla hispana y ha sido comentado recientemente por los especialistas anglosajones (1).
La historia es la siguiente: al aproximarse la fecha de los 300 años de la muerte de Galileo (1642), la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano comisionó a Monseñor Pio Paschini (1878-1962), rector del Ateneo Pontificio Laterano, para que escribiera un libro sobre el gran científico. Según se anticipara en un artículo escrito por un cura de apellido Gamelli y publicado en L`Observatore Romano, del mes de diciembre de 1941: `’… el volumen proyectado sería una efectiva prueba de que la Iglesia no persiguió a Galileo, sino que lo ayudó considerablemente en sus estudios. No será un libro apologético de la Iglesia, porque ésta no es la tarea de los estudiosos, sino un estudio histórico y erudito de los documentos existentes sobre el caso``(2).

En 1944, dos años después de ser comisionado, el laborioso Paschini consiguió poner término a su obra en dos volúmenes, que tituló: Vita e Opere di Galileo Galilei, y como disciplinado intelectual y cura católico la sometió a la consideración del organismo censor de la Iglesia para obtener el imprimatur o permiso oficial de publicación (3). Pero, curiosamente, -luego de ser examinada detenidamente por las autoridades de la Pontificia Academia de Ciencias, del Observatorio Astronómico Vaticano, y del Santo Oficio (denominado hoy Congregación para la Doctrina de la Fe)- se la juzgó como `non oportuna` y su publicación como no recomendable, nada menos que por ser `muy favorable a Galileo y demasiado crítica de la conducta de la Iglesia``, en particular del papel jugado por los jesuitas en el ``affaire``.

Luego de varios intentos frustrados de conseguir que la Iglesia le autorizara su libro, Monseñor Paschini muere en 1962 sin haber logrado su propósito. Con posterioridad sus ejecutores testamentarios se ponen en movimiento con el fin de conseguir la publicación póstuma del libro. Al cumplirse en 1964 los 400 años del nacimiento de Galileo y 20 años después de haber sido escrita, la Iglesia decide poner al alcance del público lector la Vita e Opere di Galileo Galilei, que es publicada bajo el patrocinio de la Pontificia Academia de Ciencias. Con este propósito se encargó de la edición al cura Edmont Lamalle, archivista del `` Archum Romanum``, de la Compañía de Jesus en Roma. Pero como observaran los estudiosos, la fecha elegida por la Iglesia para la tardía publicación del libro de Paschini no fue una de carácter puramente histórico, sino también de oportunidad, pues se debió en una buena medida a la necesidad de contar con algún material de consulta para las deliberaciones, ya en marcha, del Concilio Vaticano II (1962-1965).

Finalmente parecía que la Iglesia había cumplido con el deseo de Monseñor Paschini de que su obra sobre Galileo viera la luz pública. Sin embargo el Padre Lamalle tenía una carta de triunfo bajo la manga, porque el libro que llegaría a publicar no fue exactamente el que escribiera Paschini. Recién entre 1979 y 1980 el manuscrito original de la Vita e Opere di Galileo Galilei pudo ser cotejado por los especialistas con su versión publicada, descubriéndose con gran asombro que esta última presentaba tal cantidad de enmiendas, cambios y correcciones que constituía, en realidad, una manifiesta adulteración de lo escrito por su autor. Como lo describiera el influyente historiador de la ciencia Richard Blackwell: ``Al manuscrito se le hicieron varios cientos de modificaciones, tanto en lo referente al cuerpo del libro como a sus notas, las que iban desde sustituciones relativamente triviales de una sola palabra hasta reversiones completas del sentido del texto. Pasajes enteros fueron eliminados, otros agregados y otros reemplazados; el enfoque interpretativo general del libro fue revertido a una visión que era menos favorable a Galileo y más favorable a la Iglesia y a los Jesuitas… Esta no fue sólo una adulteración en gran escala de la obra de Paschini, sino simplemente una falsificación`` (4).

Pero como si esto fuera poco, el cura encargado de la publicación no se limitó meramente a adulterar y desvirtuar el espíritu y la letra de aquel libro, sino que intentó ocultar además el propósito y la magnitud de su intervención en el proceso de edición, tal como puede constatarse al leer la nota introductoria escrita por Lamalle, donde éste declara, con todo desparpajo, que los cambios introducidos por él, tanto en el texto como en las notas del libro, habían sido `deliberadamente muy moderados, limitándose a algunas correcciones que nos parecieron necesarias, y a una puesta al día (de carácter menor) de su bibliografía``(5).

He aquí, entonces, que la historia de la publicación de un libro especialmente encargado por la Iglesia de Roma con el fin de demostrar, cuanto menos, su buena disposición hacia la obra y figura de Galileo, más de tres siglos y medio después de que ella lo condenara injustamente y censurara su obra, ha venido irónicamente a confirmar una vez más precisamente lo contrario. Es decir, el mal disimulado rechazo e intolerancia de esta milenaria institución hacia lo obra científica y la conducta independiente del gran físico y astrónomo italiano.

Porque es manifiesto que Padre Lamalle no falsificó, desvirtuó y censuró el libro de Monseñor Paschini por simple capricho o celo personal, sino cumpliendo órdenes expresas de sus superiores jerárquicos, como necesariamente ha de ocurrir en toda institución autoritaria y verticalista. El hecho mismo de que dentro de la Iglesia nadie haya denunciado, ni menos castigado, al falsificador (paradójicamente en los precisos momentos en que Juan Pablo II manifestaba públicamente su deseo de reexaminar el caso Galileo), está mostrando que la deleznable conducta del jesuita Lamalle no fue la consecuencia de una opinión u hostilidad puramente personal suya, sino un resultado tardío del antigalelismo sistémico de la Iglesia Católica.

Según la mejor información de que disponemos, la Vita e Opera di Galileo Galilei, en su texto original no adulterado, no ha sido hasta ahora publicada por El Vaticano(5). No cabe duda que haberlo hecho hubiera sido una inmejorable demostración de que la Iglesia del Juan Pablo II tenía en la actualidad una disposición positiva hacia Galileo y su obra. No haber publicado hasta ahora el libro de Paschini demuestra, precisamente, que aún subsiste en las más altas esferas de la Iglesia Católica, esencialmente, la misma actitud hacia el científico toscano que precipitó aquel trágico conflicto con la ciencia moderna durante el siglo XVII. Pero si aquella obra no llegó nunca a ver la luz durante el pontificado de Juan Pablo II, imagínese el lector lo remotas que pueden ser las posibilidades de que llegue a ser publicada alguna vez bajo el papado de Benedicto XVI.

Notas:
1.
Nos basamos aquí en los relatos de los estudiosos Richard Blackwell: Could there be another Galileo case? en The Cambridge Companion to Galileo, Cambridge: Cambridge University Press, 1998, pp. 348-366; y Maurice Finocchiaro: Aspects of the controversy about Galileo`s trial (From Descartes to John Paul II), en Largo Campo di Filosofare, Eurosymposium Galileo 2001, José Montesinos y Carlos Solís (eds.) Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia, pp. 491-510.
2. Richard Blackwell, Art. Referido, pág. 362.
3. De acuerdo con el derecho canónico (canon 246), todos los pronunciamiento de ortodoxia teológica caen bajo la jurisdicción del Santo Oficio (la Antigua y tristemente célebre Inquisición Romana). En cuanto a la censura, el canon 1386.1 establece que a ningún miembro de la curia le será permitido publicar un libro, editarlo o colaborar en un periódico, revista, magazine o reseña, sin el permiso del Obispo local.
4. Richard Blackwell, Art. Referido, pág. 364.
5. A propósito de esto escribe el profesor Finocchiaro en su reciente obra monumental: ``…Lamalle y la Academia Pontificia simularon presentar y publicar la obra del propio autor muerto. Aquí debe destacarse que habría sido enteramente posible y propio para ellos publicar intacto el manuscrito original (excepto por correcciones `meramente` editoriales de errores tipográficos y semejantes), y luego poner un segundo conjunto de notas (junto a las del propio Paschini) en las cuales Lamalle hiciera todas las `correciones` que quisiera. ¿Por qué no se hizo esto? Maurice Finocchiaro, Retrying Galileo: 1633-1992, Berkeley: University of California Press, 2005, pág.334. Puede leerse, on line, la totalidad del extenso capítulo XVI de este importante libro, en traducción mía en: Revista Galileo, Textos G , sitio http://galileo.fcien.edu.uy

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