lunes, 13 de octubre de 2008

CASTRO TEME POR LA VIDA DE OBAMA


Félix Población
Es lo que ha dicho el anciano comandante en su último árticulo, del que acabamos de tener referencia a través de dos medios, la BBC y el diario Público. Abunda la primera, según la lectura que hace su corresponsal en La Habana, en las críticas que Fidel Castro dedica al candidato republicano -uno de los peores alumnos de su curso en West Point- y los elogios que dispensa a la inteligencia e ironía de Obama, del que apunta además como mérito en consonancia con esos atributos el hábito de mirar al adversario con serenidad y reírse de los aprietos dialécticos de un oponente que mira hacia el vacío. Para el cronista de la BBC esa valoración ecomiástica del candidato demócrata puede representar para éste un flaco favor, dado que el ex presidente cubano no goza de gran popularidad en USA.

Más noticiable y creo que más perspicaz por la trascendencia de la hipótesis que maneja -nada aventurada por cierto- es el titular que glosa la última reflexión de Castro en Público y que sirve de encabezamiento a este comentario. Fidel considera que es un puro milagro, al día de hoy, que el candidato demócrata no haya sufrido la suerte de Martin Luther King y otros que albergaron sueños de igualdad y justicia en décadas recientes. En Estados Unidos -asegura el líder de la revolución cubana- existe un profundo racismo, y la mente de millones de blancos no se reconcilia con la idea de que una persona negra con la esposa y los niños ocupen la Casa Blanca, que se llama así: Blanca.

Constancia probada de esas posibilidades hubo no hace mucho tras la detención de un grupo de extrema derecha que pensaba atentar contra Barack Obama y del que no volvimos a tener más noticia, devorado por un notable silencio informativo. Decir en USA extrema derecha no es una alusión aplicable a sectores marginales de la sociedad, puesto que hasta en los mítines de John McCain el propio candidato hubo de defender días atrás a su adversario de las improperios racistas voceados por sus ultraincondicionales, síntoma probablemente de lo mal que están encajando éstos la creciente ventaja cobrada por el candidato demócrata en las últimas encuestas.

Es precisamente la fácil previsión de esa derrota anunciada y su probable y clara expresión en las urnas lo que más me procupa a la hora de valorar el sombrío diagnóstico de Fidel Castro. No porque presienta como él la posibilidad de que esa victoria quede truncada por un atentado terrorista contra Obama antes de ocupar la Casa Blanca, sino porque el riesgo mayor empezará a contar para él una vez inicie su gestión como presidente de los Estados Unidos y pretenda dar al menos un mínimo cauce de coherencia a las promesas de cambio sembradas en su campaña electoral.

Dudo que se pueda dar una mínima regeneración en el sistema si quien pretende protagonizarla es un negro en la Casa Blanca. Mucho más con la que está cayendo. Intranquiliza bastante pensar en la posibilidad de un magnicidio de esa entidad si coincidera con una plena y nada descartable recesión económica.

Por cierto, también la actual crisis financiera la pronosticó Fidel Castro con perspicaz antelación ante el escepticismo de muchos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues que no acierte porque si estamos mal vamos a estar mucho peor.

Anónimo dijo...

Pues si lo muertos hablan acepto el comentario,pero que lo diga en
la plaza publica.... ay mama!

Anónimo dijo...

Es de temer.

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