viernes, 26 de septiembre de 2008

LA DESAPARICIÓN NO ES UNA MUERTE SINO UN VACÍO


Mario Benedetti
Vos te vas sin ser voz; te fuiste sin ser muerte; desapareciste sin reaparecer. Tu rostro está aquí: cómo nos mira y cómo le miramos. Te fuiste sin decir adiós. Nadie te sabe, todos te añoran, van proclamándote, rememorándote.

Quedaste en tantas vidas que no descansan, que están en tu secreto, en su silencio. Sin alivio, porque te echan de menos, te conocen de más.

Ah desaparecido, ¿qué podemos hacer para encontrarte, para compadecer en tu agonía, si no sabemos cuándo te has ido, desvanecido, vuelto fantasma? Quizá por ese no saber nos vamos quedando sin melancolía, apenitas con un sol a oscuras, abandonado, con la memoria sin excusas, con el poder más impotente.

Ah desaparecido, ¿quiénes fueron los que sin dudarlo te borraron? Tu ida fue un crepúsculo interminable. La desaparición no es una muerte sino un vacío. Podés ser náufrago, despojo o hueso sin tierra, también un pájaro que decide emigrar. Los que te encuentran, si te encuentran, te regarán con llano, aunque haya lluvia.

Ah desaparecido, parecido, sido, ido. Nunca más te esfumes, por más que el tiempo pase, no vamos a perdonar lo imperdonable. Mientras tanto, confiemos en que cada uno de los desaparecedores reciba el castigo de su propia conciencia.

(Vivir adrede)

RedDIARIO
La perseverancia de los desaparecidos. (Julio Llamazares).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué sabia y joven puede ser una vejez como la de Benedetti, capaz de escribir textos como ese. Gracias a Diario del Aire. Compraré el libro hoy mismo. Saludos.

Publicar un comentario