sábado, 13 de septiembre de 2008

EL MORRO DE GARCÍA SÁNCHEZ

Lazarillo
El pasado domingo, como hago siempre, leí el artículo semanal de Manuel Vicent en la contraportada del diario El País. Se titulaba Esclavos y me pareció excelente, como no pocos de los escritos por el mencionado columnista. Por eso, y porque ese género periodístico me merece el máximo respeto -aunque sea tan pródigo en firmantes vacíos-, deploro que un periódico que suelo leer con ínterés, Público, asuma entre sus articulistas a quien como José Luis García Sánchez es capaz de hacer ostentación pública y confesa de su morro de la guisa que lo expone en su columna de hoy. García Sánchez debería dedicarse a lo suyo, que es ser respetado como un magnífico cineasta, y evitar con comentarios como el que sigue toda colaboración escrita susceptible de desprestigiar a un medio que se precie por la opinión de sus colaboradores:

Siguiendo la tendencia creativa, tan audaz, tan libre, descubierta (¿?) por el cantante Bunbury (“Vas por ahí. Oyes, lees, apuntas…”) me lanzo a escribir con el método Copy paste. Nunca ha habido imperios sin esclavos. Todos los coliseos, acueductos, calzadas, murallas, castillos y catedrales se elevaron sobre musculaturas humanas sometidas a un ideal. Debajo de una gran epopeya siempre hay una gran ignominia. El imperio español iba directo hacia Dios, pero antes hubo que cazar negros a lazo, llevarlos a América y someterlos a trabajos forzados. Inglaterra era la dueña del mundo mientras en sus minas de carbón en el siglo XIX todavía trabajaban niños 16 horas diarias, lo que permitía a la aristocracia británica fundar todos los deportes y tomar el té rizando el meñique. El espectáculo de la apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín fue la demostración ante el mundo de que China está preparada para recoger el testigo. Si la esclavitud, bajo diversas formas, ha hecho la historia, vaya usted tomando nota.
¿A que es una pieza cojonuda? Suena muy bien: una prosa clara, contundente, culta, con humor… Es de don Manuel Vicent, pero yo la firmo/adopto, y a poner el cazo. Lo chungo es que la semana que viene –por prudencia– no puedo beber de la misma fuente. Tendré que anotar textos de otros autores, y a lo mejor alguno se cabrea.


Transcrita queda la copy paste para que Marco Schwartz, director de Opinión del diario aludido desde hace un par de meses, tome nota y enmiende en lo posible esa flagrante y decepcionante falta de respeto a los lectores de su periódico en la sección que le incumbe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escriben porque son famosos en su oficio, no porque sepan escribir ni tengan una opinión aguda sobre la actualidad. Debería comprender eso Lazarillo.

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