viernes, 8 de agosto de 2008

LOS POETAS Y LOS POLÍTICOS


Félix Población
Le preguntan al poeta Gamoneda, Premio Cervantes 2006, por la peculiar coincidencia de que dos presidentes del Gobierno, el actual y su predecesor, teóricamente tan disímiles, le tengan por autor predilecto, y don Antonio relativiza esa supuesta querencia con el saber que dan los años, la minoritaria prestancia que le otorga su oficio y el convencimiento de que la poesía no es un instrumento que vaya a cambiar el mundo, ni mucho menos un arma de futuro para primeros mandatarios. A lo sumo -dice-, lo que puede hacer es crear una intensificación de la conciencia para hacernos más sensibles para mirar la realidad.

Eso, en los políticos, llámense Aznar o Rodríguez Zapatero, no suele ser una constante indefectible, pues de darse el caso sería muy otro el tránsito por el que discurriera el mundo, tan surcado de insensibilidades en las cumbres del poder ante las lacras que consumen a la Humanidad. Por eso, en lugar de respaldar la calidad de su obra en la nombradía de tan señalados lectores, la respuesta de don Antonio Gamoneda se limita a poner en entredicho la teórica afición por sus versos tanto de don José María el de Las Azores como de su pasiano Rodríguez Zapatero.

Del primero dice que fue la señora Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, quien le citó como poeta de cabecera del señor Aznar, pero de él no sé nada, afirma don Antonio, como si cuestionara la fiabilidad del aserto. Lo de Zapatero -explica Gamoneda- no me produce extrañeza aunque sea por una razón ajena a la poesía, porque yo era amigo de su padre y a lo mejor cuando era pequeño le dí un tirón de orejas o le regalé una peseta.

Se podría colegir por la contestación, en lo que atañe al menos a la obra de este autor, de
la que ambos presidentes se dice o dicen ser admiradores, que tanto Aznar como ZP no disponen de una conciencia muy sensible para mirar la realidad. Puede que sea una condición impresindible para gobernar la parcela de mundo que les correspondió y corresponde, y no desentonar así con la mayoría de primeros mandatarios que se reparten la insensible administración del planeta Tierra, al que tanta falta le hace Otra más alta vida, que fue donde Gamoneda leyó su vocación.

4 comentarios:

Luis dijo...

Pero a lo mejor ambos presidentes comparten la idea de que, como se podría decir de la poesía (desde el punto de vista de Gamoneda), igual se puede decir sobre la política que ésta "no es un instrumento que vaya a cambiar el mundo, ni mucho menos un arma de futuro".

A lo mejor ese es el punto en común entre la "realpolitik" (los matices importan mucho, pero en lo fundamental ambos partidos hacen la misma política) y la "poesía pura". Pero me parece un poco triste, la verdad.

Anónimo dijo...

Triste como la cultura y la política que no se nutren en la vida y por lo tanto no dan vida.

Anónimo dijo...

El arte de la poesía es ajeno al negocio de la política.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho el artículo sobre Gamoneda, el poeta del libro del padre, y también el blog en general.

Publicar un comentario