martes, 3 de junio de 2008

LA ROJA Y ALBERTO CONTADOR


Lazarillo
Semanas atrás, mientras RTVE nos inundaba con intensivas e íntegras retransmisiones de los habituales campeonatos de tenis y motociclismo, el ciclista Alberto Contador hacía honor a su apellido, a su combatividad y a sus sobresalientes aptitudes descontando etapa a etapa los minutos que le separaban para encabezar el Giro de Italia.

Una vez con la maglia rosa, llegué a dudar de que las cámaras de TVE acudieran con la diligencia propia del caso a dejar constancia del que prometía ser un brillantísimo triunfo de corredor madrileño. Es de celebrar que la afición española haya podido presenciar al menos las últimas jornadas de la carrera, claves para que Contador defendiera y consolidara su victoria.

Frente a la discreta y hasta fría expectación con la que los medios anotaron la participación de Alberto Contador en la última edición del Giro de Italia, aunque se tratara de un joven ciclista vencedor del Tour de Francia, contrasta la algazara y el triunfalismo que acompañan estos días la participación de la selección española de fútbol en el próximo campeonato de Europa. El festivo espectáculo mediático montado anteayer por la cadena privada de televisión Cuatro, a la que corresponde en exclusiva la retransmisión de los partidos de La Roja, pretendió insuflar por enésima vez en el respetable la engreída convicción de que esta vez sí, España será la mejor.

Dejando a un lado los valores estrictamente deportivos que podrían dar pábulo con fundamento a esa creencia, está claro que lo que le interesa a Cuatro es la máxima permanencia de la selección española en la Eurocopa de Austria y Suiza, condición imprescindible para que el volumen de negocio en dicha cadena crezca al máximo de las posibilidades del evento. Con tal fin, se prefabrica un clima propagandístico de afectada euforia que por influir incluso en los propios partícipes de La Roja puede resultar a la postre perjudicial para sus intereses deportivos, como tantas veces se ha demostrado en ediciones precedentes de carácter internacional.

Si después de tanta feria de vanidades y presunciones, más por razones de caja que de fútbol, España no pasa otra vez de cuartos, la victoria de Alberto Contador en la última edición del Giro va a cobrar un mayor valor añadido del que ya tiene: el del vencer por obra y gracia de la estimación que uno mismo se merece como deportista, ajena a los focos y cámaras que tanto han contribuido a mercantilizar y enviciar de intereses espúreos la pulcritud de ese espíritu.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

También en el ciclismo se dan negocios y cosas que acarrean machas para el deporte, aunque estoy convencido de que Contador ex ecepcional como deportista y como persona, bien merecido se tiene esa victoria y las que vengan.

Anónimo dijo...

Los ciclistas son buena gente.

Anónimo dijo...

Los ciclistas son buena gente.

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