Melibea
La muerte ayer de un piquetero, atropellado por un vehículo, denota el grado de determinación que mantienen en la huelga del transporte las organizaciones convocantes. Los huelguistas representan al 20 por ciento del sector a través de las asociaciones empresariales Fenadismer y Confedetrans. Ambas aseguran no conformarse con ayudas puntuales ante la subida en el precio de los combustibles que ha motivado el conflicto. Los camioneros afirman que el gasóleo se lleva entre el 40% y el 60% de sus ingresos y lo que quieren son medidas con las que el sector pueda enfrentarse a la crisis. Hasta ahora no hay acuerdo entre lo que reclaman y lo que ofrece el Gobierno. La mayoría de los huelguistas no son asalariados por cuenta ajena, sino empleados por cuenta propia y autónomos, cuyas reivindicaciones se centran en subsidios directos y cambios en la regulación fiscal. Como en España no existe una ley de huelga, toda movilización que pueda perjudicar al máximo a los servicios públicos hace del Gobierno un rehén en manos de los huelguistas, que gozan así de una gran cobertura para ejercer su presión. Cuantos más perjuicios se cause a la ciudadanía, más posibilidades de éxito se tienen.
Dado lo que se dirime, mucho me temo que tanto el Gobierno como los promotores del paro se merezcan una creciente y cada vez más enérgica recriminación por parte de la ciudadanía, en el supuesto de que se dé un desabastecimiento de productos en los mercados. Ninguna de las partes ha ofrecido explicaciones claras acerca de un conflicto que incide de lleno en la sociedad. La tardanza en resolverlo sólo beneficiará a quienes pretendan sacar del mismo un rendimiento político, como de inmediato se ha podido advertir en las columnas de algunos analistas de la actualidad bien caracterizados por su ideario.
Si de momento el PP parece más preocupado por sus asuntos internos, no hay que desechar la posibilidad de que politice una huelga en la que están en juego las cosas de comer. No olvidemos que durante la pasada legislatura otras materias no menos delicadas como el terrorismo y sus victimas merecieron ese tratamiento, del que ahora don Mariano Rajoy pretende huir como si no formara parte de su liderazgo aznariego.
RedDIARIO
Demasiada violencia para estar empezando: un muerto, dos heridos, camiones incendiados y cargas destrozadas. (20minutos).
5 comentarios:
realmente esta huelga es contra nadie, pq nadie puede hacr nada, el precio del petróleo se ha disparado por el mercado de futuros, y la inyección de dinero en este mercado por parte de los bancos de inversión. Es un crecimiento del precio ficticio, y sobre todo fomentado en la especualción.
Yo estoy al lado de donde murió el piquete, pero ya le vale a un tío de 47 años, tirarse encima de una furgoneta, el conductor, acongojado, sale pitando para que no lo apaleen. Y toma, un muerto y un asesino. Uno sin vida, y otro que se va a quedar sin ella.
No creo que lo que piden los camioneros sea la opción, pq parece que todo va a seguir igual, y después pedirán más, más, y eso no hay estado que lo soporte.
Pero echo en falta que los que tienen que hablar hablen, tienen la cabeza como los avestruces.
y a la gente se le va la pinza con el medio al desabastecimiento, eso sí, me queda poca gasofa.
Saludos.
El gobierno necesita hablar claro y anticiparse a un posible empeoramiento de la situación.
Mucho me temo que esta huelga es la primera dificultad seria que va a tener ZP desde 2004.
Me parece muy oportuna la referencia al exceso de violencia que se registra nada más iniciarse el conflicto, como si los convocantes pretendieran así forzar una rápida negociación a favor de lo que piden.
En la sección de Cartas al director de EL PAÍS del viernes, 13 de junio pudimos leer lo siguiente:
“Como diría un castizo, me he puesto a echar números. En el año 2000, un dólar valía 200 pesetas o, lo que es lo mismo, 1,20 euros. Un barril de petróleo costaba 60 dólares o 72 euros al cambio de entonces. ¿Recuerdan lo que costaba un litro de gasolina en verano de 2000? Yo se lo digo: 0,84 euros.
El pasado día 9 de junio, el barril de petróleo estaba a 126,4 dólares, que a un cambio de 0,63 euros por dólar son 79,63 euros, o sea, poco más del 10% más caro el barril de petróleo que hace ocho años, en euros.
El día 6 de junio, en la misma gasolinera, pagué el litro de gasolina a 1,242 euros, es decir, casi un 48% más cara. Supongo que habrá una explicación, pero yo no la conozco. Algo no cuadra.”
Un saludo,
Desiderata
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