miércoles, 25 de junio de 2008

TELEMADRID EN NEGRO: NO SE VA A NOTAR


Félix Población
Si no me equivoco, hace ya como unos veinte años que Telemadrid, el canal autonómico público de la citada Comunidad, empezó con muy buen pie sus emisiones. Recuerdo la excelente impresión que me causaron entonces sus informativos, sobre todo, y la programación en general de TM en aquella etapa inicial.
Todo eso, desde que accedió a la presidencia de la Comunidad la ya ex lideresa Aguirre, ha dejado de ser no sólo posible sino impensable, pues Telemadrid se ha caracterizado en estos último años por ser el feudo mediático del ala ultra del PP, con casos tan manifiestos de celo deformativo como el seguimiento de la información generada por los atentados del 11-M y la cobertura prestada por TM a la delirante teoría de la conspiración.

Bajo el lema Salvemos Telemadrid, los principales sindicatos de la emisora autonómica pretenden denunciar, con el paro de 24 horas iniciado ayer, la política de presiones y atentados contra la libertad que ejerce la dirección del medio y la intención del gobierno regional de privatizar el ente público. El comité de empresa, que representa a 1.400 trabajadores, quiere hacer notar así su disconformidad y protesta profesional ante la que califica como peor gestión financiera y de programación vivida en la historia del canal público.

Como reflejo más evidente de esa desastrosa gestión y programación denunciada por lo sindicatos convocantes de la huelga está la exigencia de la dirección de emitir entre los servicios mínimos dos programas que considera esenciales para la sociedad. Se trata de los dirigidos y presentados por los periodistas Curry Valenzuela y Sáenz de Buruaga, tan caracterizados por su fidelidad y mansedumbre a la señora presidenta de la Comunidad.

Es de temer, habida cuenta el ínfimo nivel de las emisiones de Telemadrid y su clarísima orientación ideológica, que con ser siempre muy singular y significativo que las pantallas de un canal de TV se queden en negro, la llamada de alerta y protesta laboral de los sindicatos no haya tenido todo el eco que corresponde a una medida de ese carácter. Entre una visión en negro y otra nefasta, es de agradecer la primera: proclama la dignidad de los profesionales y evita la malformación mental de los televidentes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quizá lo que se pretendía era hacer de TM algo tan malo e inútil como para privatizarlo, por eso la huelga no servirá para lo que los trabajadores de tan buen fe pretenden. Y que conte que la programación de RTVE tampoco merece mis parabienes, aunque los informativos sean algo más decentes.

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