Lazarillo
Dos periodistas más que afines al Partido Popular, ambas adscritas a la plana mayor del diario El Mundo, nos han dejado ayer sendas noticias a tener en cuenta acerca del discurso del señor Aznar en el congreso de Valencia del PP y lo que podría derivarse del mismo.
La primera, suscrita por quien fuera secretaria de comunicación en La Moncloa con el señor Aznar, Lucía Méndez, asegura que la alocución del ex presidente del Gobierno fue acogida por uno de los miembros de la dirección nacional del partido, sentado en la mesa del comité ejecutivo saliente, con un reiterado y cervantino insulto: Qué hijo de puta, qué hijo de puta.
Como quien hablaba era nada menos que el presidente de honor del Partido Popular, alguien que se encontraba cerca del insultador le sugirió que se callara. También se nos dice en la crónica que fueron muchos y muy sonoros los aplausos dispensados por la delegación de Madrid a don José María, pero que los representantes vascos y los de otras Comunidades se mostraron más bien a disgusto, hasta el punto de comentar: ¿Cómo puede decir que no se arrepiente de nada, cuando nos metió en el lío de la Guerra de Irak?
Pero si lo de Aznar suena a pasado, tal como expresaron quienes criticaron su discurso, el sector que disiente con la continuidad del señor Rajoy al frente del partido o que la acata sólo por disciplina -como el propio don José María dijo- va a encontrar en éste un desagravio a modo de significativa convocatoria.
Lo cuenta Isabel Sebastián en su columna habitual del diario El Mundo. Dado que el señor Aznar se va reunir esta misma semana y también en Valencia con los derrotados del reciente congreso (Acebes, Aragonés, San Gil, Astarloa, Zaplana y demás panda aznariega), la periodista se llega a preguntar si el ex presidente será capaz de lanzarse al ruedo, sabiendo que es el único con posibilidad de aglutinar a todos los francotiradores derrotados para articular, en torno a una alternativa real, su descontento.
España y el PP han cambiado, dijo el señor Rajoy, y Aznar ya no está en política, añadió, acaso para poder afirmar lo primero. Pero Sebastián, que acaba de anunciar su separación afectiva del PP por esa mudanza con la que no comulga, apuesta porque su Aznar vuelva y todo siga como fue.
Dos periodistas más que afines al Partido Popular, ambas adscritas a la plana mayor del diario El Mundo, nos han dejado ayer sendas noticias a tener en cuenta acerca del discurso del señor Aznar en el congreso de Valencia del PP y lo que podría derivarse del mismo.
La primera, suscrita por quien fuera secretaria de comunicación en La Moncloa con el señor Aznar, Lucía Méndez, asegura que la alocución del ex presidente del Gobierno fue acogida por uno de los miembros de la dirección nacional del partido, sentado en la mesa del comité ejecutivo saliente, con un reiterado y cervantino insulto: Qué hijo de puta, qué hijo de puta.
Como quien hablaba era nada menos que el presidente de honor del Partido Popular, alguien que se encontraba cerca del insultador le sugirió que se callara. También se nos dice en la crónica que fueron muchos y muy sonoros los aplausos dispensados por la delegación de Madrid a don José María, pero que los representantes vascos y los de otras Comunidades se mostraron más bien a disgusto, hasta el punto de comentar: ¿Cómo puede decir que no se arrepiente de nada, cuando nos metió en el lío de la Guerra de Irak?
Pero si lo de Aznar suena a pasado, tal como expresaron quienes criticaron su discurso, el sector que disiente con la continuidad del señor Rajoy al frente del partido o que la acata sólo por disciplina -como el propio don José María dijo- va a encontrar en éste un desagravio a modo de significativa convocatoria.
Lo cuenta Isabel Sebastián en su columna habitual del diario El Mundo. Dado que el señor Aznar se va reunir esta misma semana y también en Valencia con los derrotados del reciente congreso (Acebes, Aragonés, San Gil, Astarloa, Zaplana y demás panda aznariega), la periodista se llega a preguntar si el ex presidente será capaz de lanzarse al ruedo, sabiendo que es el único con posibilidad de aglutinar a todos los francotiradores derrotados para articular, en torno a una alternativa real, su descontento.
España y el PP han cambiado, dijo el señor Rajoy, y Aznar ya no está en política, añadió, acaso para poder afirmar lo primero. Pero Sebastián, que acaba de anunciar su separación afectiva del PP por esa mudanza con la que no comulga, apuesta porque su Aznar vuelva y todo siga como fue.
2 comentarios:
Le quedan a Rajoy las elecciones vascas y las gallegas, en las que posiblemente perderá. No creo que gane tampoco en las europeas. Las tres van a ser decsivas para que Rajoy llegue como candidato a 2012.Todo dependerá de lo rotundo que pueda ser el resultado. La crisis no está cerrada, solo pospuesta, pero al PP le puede ayudar en última instancia el bolsillo decreciente de los españoles.
Yo sigo viendo dos partidos que aguantan juntos porque la crisis económica puede hacer más fácil su vuelta al poder.
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