Lazarillo
Hubo un tiempo en que don Federico del Tremedal, estrella de La Mañana en la cadena COPE, calificaba a don Mariano Rajoy de Marycomplejines de manera reincidentemente chacotera, sin que la incondicional audiencia de la emisora de la obispalía se inmutara por lo que en cualquier otro medio no afín al PP comportaría un serio ultraje al líder de la oposición. Pues bien, por más que me lo hubiesen jurado cuando eso ocurría, nunca me atreví a suponer que el propósito de Losantos con esas prédicas tenía como objetivo intimidar al aludido y hacer del discurso de don Mariano un calco sin complejos del suyo propio -como ha quedado demostrado a lo largo de la pasada legislatura-, con el que el señor Rajoy afrontase además la campaña electoral de su partido y la doble sesión de debate televisivo con ZP que millones de telespectadores han tenido la paciencia de soportar repetidamente. De esa audiencia, cifrada en torno a los doce millones de televidentes, sólo tres millones como tope máximo serían oyentes de la COPE. Don Mariano habló exclusivamente para ellos y despreció al común de la ciudadanía, lejos de las fobias y crispaciones que alentaron los inspiradores mediáticos del Partido Popular. Es una pena que eso no se traduzca en el balance final de las urnas. Sólo con una derrota electoral tan evidente como la que le depararon al señor Rajoy los telespectadores -con haber sido en mi opinión muy mediocre el comportamiento de su adversario-, el PP se liberará del sonido federico de la COPE del que se ha venido abastaciendo hasta rayar a su lider provisorio.
RedDIARIO
+El líder del PP ha demostrado que le ha cogido el gusto a la oposición y ha hecho un discurso en el que asume la derrota que va a tener su partido. (Gaspar Llamazares).
++Lo que dicen en la prensa europea de la campaña electoral en España. (Noticias 24 horas).
Hubo un tiempo en que don Federico del Tremedal, estrella de La Mañana en la cadena COPE, calificaba a don Mariano Rajoy de Marycomplejines de manera reincidentemente chacotera, sin que la incondicional audiencia de la emisora de la obispalía se inmutara por lo que en cualquier otro medio no afín al PP comportaría un serio ultraje al líder de la oposición. Pues bien, por más que me lo hubiesen jurado cuando eso ocurría, nunca me atreví a suponer que el propósito de Losantos con esas prédicas tenía como objetivo intimidar al aludido y hacer del discurso de don Mariano un calco sin complejos del suyo propio -como ha quedado demostrado a lo largo de la pasada legislatura-, con el que el señor Rajoy afrontase además la campaña electoral de su partido y la doble sesión de debate televisivo con ZP que millones de telespectadores han tenido la paciencia de soportar repetidamente. De esa audiencia, cifrada en torno a los doce millones de televidentes, sólo tres millones como tope máximo serían oyentes de la COPE. Don Mariano habló exclusivamente para ellos y despreció al común de la ciudadanía, lejos de las fobias y crispaciones que alentaron los inspiradores mediáticos del Partido Popular. Es una pena que eso no se traduzca en el balance final de las urnas. Sólo con una derrota electoral tan evidente como la que le depararon al señor Rajoy los telespectadores -con haber sido en mi opinión muy mediocre el comportamiento de su adversario-, el PP se liberará del sonido federico de la COPE del que se ha venido abastaciendo hasta rayar a su lider provisorio.
RedDIARIO
+El líder del PP ha demostrado que le ha cogido el gusto a la oposición y ha hecho un discurso en el que asume la derrota que va a tener su partido. (Gaspar Llamazares).
++Lo que dicen en la prensa europea de la campaña electoral en España. (Noticias 24 horas).
3 comentarios:
Sonido viejo, rancio, fuera de lugar, que debe dejar fuera del futuro a ese partido porque no está en el presente.
Me pareció gracioso el final... Ese Rajoy rodeado de papeles usados en el suelo, tan embrollado en las pruebas físicas de su discurso, que no conseguía levantarse; cuando Zapatero ya caminaba libre saludando a los colaboradores.
Hasta el final no llegué y eso que me hubiese gustado comprobar lo que presentía, que los dos terminarían igual que la primera vez, no sé para qué hubo dos sesiones.
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