viernes, 7 de marzo de 2008

LAS MATANZAS DE PALESTINA NOS DERROTAN A TODOS


Félix Población
Mientras en España los candidatos electorales de los dos grandes partidos protagonizaban repetidamente en un plató de televisión una pelea de gallos, tan rebajada de contenido político como sobrada de pendencia baladí con tal de rendir al otro a base de superficiales reprobaciones mutuas, no cesaban las matanzas en Palestina. En mitad de los telediarios que nos hablaban de los resultados estadísticos de esos debates, nunca como en los últimos seis días habíamos asistido a tan crudelísima exhibición de persecución y muerte sin que la masacre pareciera tener fin. Mucho menos ahora, tras la réplica armada de un miliciano palestino que ha costado ocho víctimas mortales en una escuela judía.
Estamos en el enésimo capítulo de espanto de una vieja crónica de sangre, saldado hasta ahora con más de un centenar de ciudadanos palestinos abatidos por las tropas israelíes (la mitad de ellos civiles), frente a dos soldados y nueve civiles muertos por parte judía. Aparte de serlo posiblemente más que nunca, nunca me pareció tan superficial, y hasta dañino para la sensibilidad del espectador que se haya conmovido con las imágenes procedentes de Gaza, el espectáculo televisual protagonizado por quienes aspiran a presidir el futuro Gobierno de España. Si su nivel intelectual y político es el que han exhibido ante las cámaras, no es de extrañar que la política de Occidente que ambos representan lleve cosechando derrotas en Oriente Medio durante casi sesenta años, incapaz de poner fin a tanta barbarie.

Todos sabemos que Gaza es una gran cárcel regentada por Israel en la que sobrevive millón y medio de palestinos en la más desesperada y atroz de las penurias. Los israelíes nunca se han retirado de esa franja de tierra a la que ahora más que nunca asedian y castigan por estar bajo la administración de Hamás. No vale como razón para justificar esas acciones represivas el lanzamiento por parte de los milicianos palestinos de cohetes Qasan y Grad (once víctimas mortales en diez años), pues las operaciones de castigo, las incursiones armadas y los asesinatos selectivos israeliés se dieron antes de la última década y proseguirán desgraciadamente en el futuro. Mientras Hamás combate, más ocupado en la resistencia que en la expectativa real de lograr mediante la lucha los objetivos políticos propuestos, Abas se limita al papel de comparsa en unas conversaciones de paz bajo el patrocinio farsante de Bush, cuya credibilidad es casi nula entre los dos pueblos que soportan el conflicto.

Mientras, la ONU se limita a condenar repetidamente tanta violencia en papeles cada vez más mojados y don Javier Solana se reitera en su rol de visitante impotente a la zona, con repetidas e infructuosas reuniones entre las dos partes, sin que Hamás cuente jamás en esas convocatorias. Es muy posible que mientras Israel no ponga fin efectivo a la ocupación de los territorios conquistados en 1967 y Hamás no tenga en las conversaciones de paz la voz que la ciudadanía le ha otorgado en unas elecciones democráticas, el papel estéril de la Europa que nos representa nos siga avergonzando.

No es para menos. El viceministro israelí de Defensa amenazó hace unas fechas al pueblo palestino con el término más certero que corresponde a tanta masacre: Holocausto. Esta ejecutoria sólo compete a un Estado fascista. Si la Europa democrática de la que presumimos es incapaz de evitarlo, cada vez que matan a un niño en Palestina deberíamos ser conscientes de la parte de culpa que nos corresponde y de la derrota moral y cívica que eso representa para el mundo en que vivimos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Clama al cielo. Nos estamos acostumbrando a estas noticias como si fuera normal matar así a la gente. Gracias por recordarnos en primera plana que no es así

Anónimo dijo...

Los políticos no son más que el reflejo de los ciudadanos, si pobres nos parecen sus debates, pobre es la ciudad a la que se dirigen, porque sus asesores saben muy bien en qué munco estamos, un mundo cuajado de poderes y ambiciones de sometimiento donde los más pobres son dominados y explotados, como ese heroico pueblo palestino que sólo con su resistencia es capaz de enfrentarse a los sicarios del pensamiento único.

Anónimo dijo...

La paciencia genocida de Israel es infinita, capaz de matar a cientos durante años hasta desalojar a todo un pueblo. Sin fuerzas de resistencia por parte palestina, Israel ya dominaría toda la región.

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