lunes, 4 de febrero de 2008

¿QUÉ HARÁ ESE MILLÓN Y MEDIO DE VOTANTES EXQUISITOS?


Félix Población
A sólo cinco semanas de las elecciones generales, entre el sondeo publicado ayer por el diario El País y el que hoy da a conocer Público, se advierte un sensible incremento favorable al Partido Socialista en la intención de voto. Si en la primera encuesta el PSOE sobrepasaba por muy poco el empate técnico con el Partido Popular, en la segunda la diferencia supera los seis puntos, uno y medio por encima de la obtenida en los comicios de 2004. Todo parece indicar, por lo tanto, que la campaña electoral va a resultar decisiva para movilizar a los ciudadanos dubitativos por parte de ambos partidos y a los llamados votantes exquisitos -tal como Ferraz los considera- en lo que atañe al PSOE.

Entre los electores dubitativos están sin duda los que suelen decantarse por una alternativa de centro, que unas veces se orientan hacia el centro-derecha y otras hacia el centro-izquierda, según se presente la coyuntura socio-económica y a tono con la oferta que les resulte más sugestiva o creíble por parte de los dos partidos mayoritarios. Dado que el PP, durante estos cuatros años atrás, ha estado más cerca de una derecha pura y dura que de la mesurada observancia propia de un partido centrista, es muy posible que vea reducida la cosecha de votos con esta orientación. Para colmo, el manifiesto de los obispos primero y la homilía del primado Cañizares ayer no hacen sino añadir obstáculos a la estrategia de campaña del Partido Popular en ese sentido. Con razón don Mariano ha calificado de inoportuna, como poco, la declaración de la obispalía.

Pero si el PP tiene difícil la recolecta centrista, no lo tiene mejor el PSOE con relación a ese millón y medio de votantes exquisitos que pueden ser tan decisivos como lo fueron con su ausencia de las urnas en el año 2000 o con su movilización en 2004. En sus manos puede estar, a la luz de lo que indican las encuestas, la derrota o la victoria del Partido Socialista el próximo 9-M.

Hace cuatro años, ese electorado crítico que una veces opta por la abstención y otras por alternativas situadas más a la izquierda del PSOE, eligió a ZP porque éste les garantizó la retirada de las tropas españolas en Irak y, además, el Partido Popular en el Gobierno mintió a los ciudadanos con relación a la autoría de la masacre terrorista del 11-M. La consistente entidad tanto de la promesa como de la falacia eran argumentos con el peso suficiente para movilizar a los votantes más críticos o remisos. Con todo, no fue la del PSOE una victoria sobrada.

Las circunstancias esta vez van a ser muy distintas. Al Partido Socialista le respalda una gestión al frente del Gobierno que probablemente a esos votantes exquisitos les parezca insuficiente. Es muy posible también que estos electores no se decanten por el PSOE por evitar sólo el riesgo de una victoria del PP o ante las amenazas integristas de la jerarquía eclesiástica. Necesitan más. Sobre todo, que el programa del Partido Socialista sea más ambicioso y se ajuste más a las demandas de esos votantes exigentes que no se consuelan con eludir lo peor dentro de lo posible.

RedDIARIO
Nada podrá ser igual tras el 9-M después de la actitud tan belicosa de los obispos.(José Blanco).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como votante exquisito ni siquiera votaría a Izquierda Unida, pero no tengo más remedio si quiero votar y creo que debeo hacerlo.

Anónimo dijo...

Quienes no tienen dudas en votar al PSOE serán no exquisitos, o sea, los de pan y circo.

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