OJO A LA CONFERENCIA EPISCOPAL QUE SE NOS VIENE ENCIMA

Lazarillo
Que el purpurado Rouco Varela acude a Roma a despachar cada mes con el Papa es cosa sabida en los mentideros periodísticos. Que en eso y lo demás adjunto a la actual línea vaticana gana al actual presidente de la Conferencia Episcopal, también, que para eso se ha servido de pancartas y megafonía de modo reincidente en las calles de Madrid con perentorias ínfulas de cruzada.

Cabe casi asegurar que la audiencia privada que le dispensó a don Antonio el padre Benedicto hace unos días se concretase en las perspectivas abiertas ante las venideras elecciones en la obispalía. A monseñor Blázquez se le acaba su ciclo y la aspiración de Rouco es sucederle para dejar de disimular en la sombra y a la luz de los hechos la influencia ejercida estos tres años atrás sobre la jerarquía eclesiástica por encima del presidente elegido.

El periodo que se abre al frente de la Conferencia Episcopal Española promete una continuación del ánimo de contienda al que hemos asistido durante la pasada legislatura. Si el PSOE gana el 9-M, tal como indican las encuestas y ha venido a refrendar y a incrementar de expectativas la ausencia del señor Ruiz Gallardón en las listas del Partido Popular, la Iglesia que viene, antes que plegarse a un tiempo de coexistencia pacífica con el nuevo gobierno socialista, va a persistir en sus andanadas, procesiones masivas y homilías amotinadas, acaso con mayor celo y asiduidad que hasta ahora.

Para perfilar ese futuro y previsible curso político combativo, una vez comprobada la asistencia y asenso virtual del romano Pontífice a la última romería de la Plaza de Colón en contra de ZP, es muy probable que la estrategia a seguir se perfile desde la cúpula de la obispalía con esta correosa alineación: Presidente, don Antonio Rouco Varela; vicepresidente, el Primado Cañizares, arzobispo de Toledo; secretario, don Juan Antonio Martínez Camino, reciente obispo auxiliar de Madrid, y al frente del negociado conocido como Doctrina de la Fe el cardenal arzobispo de Valencia, su eminencia García-Gasco.

Las elecciones en la Conferencia Episcopal precederán en unos días a los comicios generales. El dato es muy significativo porque, si tal como ha hecho el señor Rajoy en el PP, los respetables monseñores apuestan por la línea más conservadora que la cúpula antedicha proclama, es muy posible que sus consecuencias entre la ciudadanía acumulen mayor resta de votos al Partido Popular que la hasta ahora diagnosticable con el efecto Gallardón. Podría ser contraproducente, pero no les veo otra alternativa a los señores obispos que la ganada a pulso de pancarta estos años atrás.

RED/DIARIO
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