martes, 27 de noviembre de 2007

Marcelino Camacho y Josefina Semper


Lazarillo

Ayer homenajearon a don Marcelino Camacho por su nonagésimo aniversario. Todos los concurrentes en la tribuna del Palacio de Congresos de Madrid celebraron la calidad humana que describe cada facción de su rostro y cada paso de su biografía. Con el que menos coincidí en lo calificativos fue con su sucesor como secretario general de Comisiones Obreras, el señor Fidalgo. No me gustó que lo llamara héroe de cerca y de lejos. Es un epíteto que distancia a la persona del común de los mortales, algo totalmente ajeno a la personalidad de don Marcelino. Esa terminología también aleja al anciano, curtido y honrado sindicalista en el tiempo, como si en el de ahora esas perlas estuvieran caducadas. Dice hoy Gerea en el diario Público que el señor Camacho, primer secretario general de CC. OO. , fue militante del Partido Comunista de España y de Izquierda Unida; que el segundo, don Antonio Gutiérrez, es diputado ahora del Partido Socialista, y que el tercero, don José María Fidalgo, colabora con la FAES, la fundación aznariega del Partido Popular. Yo creo que el periodista del citado periódico ha descrito con ese párrafo lo que media entre luchar por la democracia, sin desafinar con la coherencia ideológica, y buscar en la democracia un acomodo más o menos confortable que termina por hacerte valorar esa coherencia ideológica como una heroicidad. La fotografía de Marcelino y Josefina ayer en el Palacio de Congresos lo desmiente, de tan arraigado, humano y firme como es el sentir que trasciende su actitud.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy oportuno. Gracias.Me recuerda a aquel famoso dicho: "Quien no es comunista a los veinte años es que no tiene corazón, pero quien lo sigue siendo a los cuarenta lo que no tiene es cabeza."

Anónimo dijo...

Es un placer celebrar a quienes lo merecen. No hay muchos.

Anónimo dijo...

Una verdad inapelable.

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