lunes, 15 de octubre de 2007

De los beatos inoportunos y la necesidad de pedir perdón, incluida la Iglesia

Colectivo Redes Cristianas

En referencia a las víctimas de la Guerra Civil española (1936-1939) y a las que siguieron durante los años de la dictadura franquista (1939-1975), a propósito de las cuales determinados sectores de nuestra sociedad se ocupan recientemente de purificar la llamada Memoria histórica, y a propósito asimismo de la prevista beatificación de 498 personas asesinadas en el sector republicano, el colectivo Redes Cristianas manifiesta lo que sigue:

Que la guerra debe rechazarse como un grave error. Que, por lo tanto, debe rechazarse también como error nuestra Guerra Civil. Para superar los conflictos y construir la paz son imprescindibles siempre medios pacíficos: el análisis sociológico de la realidad, la revisión colectiva de nuestros proyectos sociales, la colaboración. Y, aun así, la paz nunca es neutral. Para construir un futuro en paz será siempre necesario que las partes reconozcan los errores que les condujeron a la guerra y pedir perdón por ellos. Hoy ya no se trata de buscar culpables, pero tampoco se trata de un ambiguo relativismo histórico. Se trata de que todas las partes reconozcan su parte de culpa, y, en primer lugar, nosotros, los cristianos, reconocer y pedir perdón por la posición beligerante que la mayor parte de la Jerarquía eclesiástica tuvo.

Que la purificación de la memoria histórica no ha de consistir en juzgar el pasado común repartiendo culpabilidades. Todos somos corresponsables de los hechos colectivos: ganamos con los que ganan y perdemos con los que pierden. Debemos reconocer que en nuestra Guerra Civil perdimos todos. Desde la más profunda admiración por las vidas y sobre todo por las circunstancias de sus muertes, creemos que, dado que la Iglesia no ha pedido perdón por lo ocurrido, esta beatificación es inoportuna. Manifiesta la incapacidad de la jerarquía por superar las posiciones de hace 70 años. Y, por otra parte, se presta a una obvia instrumentalización política.

Que consolidamos nuestra memoria como patrimonio enriquecedor en la medida que, mirando el pasado, construimos el presente, hacemos historia. Por eso, después de 70 años valoramos muy positivamente algunos de los esfuerzos del gobierno legítimo de la República, como por ejemplo, la extensión de la enseñanza para todos, el reconocimiento de los derechos de la mujer, la separación Iglesia/Estado, etc. Será profundizando en estas propuestas como, implícitamente, honraremos a los que trabajaron en estas direcciones.

Que, obviamente, todo el mundo tiene derecho a honrar el nombre de sus antepasados, fuera cual fuere su ideología, sobre todo si sus vidas y muertes fueron heroicas, sin que esto suponga deshonra para los demás. Por eso, es necesario honrar también y sin ninguna ambigüedad la entrega generosa de tantos que murieron por la causa de la justicia, del reconocimiento de los derechos de todos, de la paz. Olvidar a los miles de maestros, sacerdotes, obreros, dirigentes, políticos, etc., que murieron víctimas de la represión franquista no sólo es una injusticia, sino que hace imposible la reconciliación y la paz.

Que, definitivamente, el objetivo común por el cual merece la pena movilizarnos a todos los niveles es el de la cultura de la paz, de la conciliación o reconciliación, si fuera necesario, pidiéndonos perdón mutuamente.

Redes Cristianas, 14 de octubre del 2007.

Breviario
MAYOR OREJA DEFIENDE LA PLACIDEZ DEL FRANQUISMO
¿Cómo que pedir perdón? El señor Mayor Oreja, ministro del Interior con don José María Aznar, no está dispuesto a tal porque para él no es condenable el franquismo y defiende la extraordinaria placidez de ese largo periodo de nuestra historia: ¿Por qué voy a tener que condenar yo el franquismo si hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad y normalidad? Las de los vencedores a costa de las de los vencidos, don Jaime, según la naturaleza y norma de una dictadura.
DdA

RedDiario
Carta
ZAPLANA Y LA MEMORIA HISTORICA
Los últimos comentarios del señor Zaplana en relación con la Ley de Memoria Histórica me han resultado particularmente preocupantes. ¿Desde cuándo una persona no puede denunciar una situación o comportamiento injusto simplemente porque no sea parte interesada directa? Quizá este insigne diputado no se ha dado cuenta de que su argumentación nos llevaría al absurdo de pensar que uno sólo puede condenar el terrorismo si alguien de su entorno ha sido víctima de un atentado, que para luchar contra el racismo hay que pertenecer a un determinado grupo minoritario o que sólo las mujeres maltratadas tienen derecho a denunciar la violencia machista. Claro que, si observamos la demoledora estrategia del Partido Popular desde que perdieran las elecciones, sus silogismos siguen una similar lógica machacona: sólo puede ser español quien es del PP, sólo nuestro líder puede ser presidente, la bandera representa sólo a quienes participan de nuestra ideología, el Tribunal Constitucional debe ser sólo nuestro, sólo a nosotros nos preocupa el terrorismo y sólo nosotros sabemos cómo poner fin a todos y cada uno de los problemas de nuestro país. Surrealista y lamentable.
Nelia Matas al Director de El País (16-10-07)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin compartir todos sus puntos, me parece la postura más convivencial en las actuales circunstancias.

Anónimo dijo...

Si no lo ha pedido hasta ahora, esa iglesia nunca pedirá perdón. Debería haber sido mucho antes.

Anónimo dijo...

Lo único que yo digo es que de no ser por ese Proyecto de Ley de Memoria histórica, a la izquierda le traería sin cuidado que el conservador Vaticano beatificara a tales o cuales personajes. Por su parte, la derecha no tendría necesidad de manifestar sus opiniones sobre el franquismo. No se yo si a esto se le llama "sosiego" y "serenidad", pero si lo dice el Presidente del Gobierno todos de cabeza. En cambio Su Santidad el Papa debería pedir parecer, antes de proceder a beatificaciones improcedentes.

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