lunes, 15 de octubre de 2007

Lo que se lee en Cataluña y la Feria de Francfort

Félix Población

Tengo entendido que el Instituto Ramón Llul, entre cuyos objetivos está la promoción de la cultura catalana, decidió invitar en principio para la Feria Internacional del Libro que recientemente se celebró en Francfort a los autores que escriben exclusivamente en catalán, idioma cuyo ámbito de extensión compete a una población de trece millones de habitantes, de los que nueve lo hablan y casi once lo entienden.

Una vez tomado ese acuerdo, el instituto extendió la invitación a escritores catalanes que escriben en castellano como Carlos Ruiz Zafón, Juan Marsé, Javier Cercas y Eduardo Mendoza. Tal proceder se debió, según he leído, a las críticas recibidas por la institución, acusada de actuar bajo la influencia de círculos separatistas. Los autores citados y otros más, sin embargo, declinaron esa invitación por diversas causas y a Francfort sólo acudieron finalmente quienes escriben en catalán, ante el desencanto y la frustración del propio director de la feria, que reprochó al nacionalismo y la vanidad el hecho de que no estuviera presente toda la variedad de la bella cultura catalana.

Según datos de la Consejería de Cultura de la Generalitat sobre los índices de lectura y compra de libros a lo largo del año pasado en Cataluña, casi el ochenta por ciento (78,7%) de los ciudadanos encuestados afirma que su idioma habitual de lectura es el castellano, frente al 20,1% que declara que es el catalán y el 0,7% que prefiere el inglés. En la lista de los 25 títulos más leídos del 2006, solo figuran libros editados en castellano, ya sean ediciones originales o traducciones.

Consta asimismo que la participación en la Feria de Francfort es un evento sufragado con dinero público, fruto de la aportación suministrada por todos los contribuyentes, al margen de sus simpatías o inclinaciones hacia un concepto restrictivo de la cultura, como suele ser siempre el que se ciñe a una línea oficialista, o aquel otro más abierto que responde al conjunto de la sociedad plural y bilingüe afincada en Cataluña. Si se hubiera primado una literatura sobre otra en una convocatoria internacional de esas características habría sido por parte de la Generalitat una actitud política excluyente, mucho más si se considera esa encuesta de lectura facilitada por el propio gobierno catalán.

No creo que esa información se haya expuesto en Francfort porque abundaría con mucho mayor rigor en el reproche formulado por el director de la feria. Allí sólo han presenciado los visitantes el muestrario de una literatura nacionalizada, con la que se ha pretendio reflejar la de un país al margen de lo que mayoritariamente lee ese país. Esa literatura no es la que interesa de modo masivo en Cataluña, sino la que le interesa reafirmar a una Cataluña nacionalista, ajena a la sociedad que su gobierno debería representar en correspondencia con los impuestos y lecturas de todos sus contribuyentes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Con fondos públicos no se puede representar una voz sino todas las voces, en coherencia con la de quienes contribuyen a esos fondos públicos. Otra cosa sería que los fondos fueran privados.

Anónimo dijo...

Me parece bien que se promueva la buena literatura en catalán y la buena literatura en castellano en Cataluña. Me parece muy mal que con tal de que esté escrita en catalán, se promueva tanto la buena como la mala. Eso no es cultura, es sectarismo en base a lo menos sectario que hay que es la cultura.

Anónimo dijo...

No sé si sabe usted, D. Félix, que el muy elevado coste de esta feria ha sido sufragado, al menos en su 50 por 100, por todos los españoles. Por otro lado, estoy seguro de que coincidrá conmigo en que la cultura es un patrimonio común de la Humanidad, ya sea catalana o de Katmandú y que es una señal de ignorancia y de fascismo querer imponer el uso de una lengua o de un tipo de literarura a la gente, en general. ¡Hombre, caray, que una cosa es la política y otra el Arte, la Ciencia y la cultura¡ Los europeos los aben pero el señor Montilla, según parece, pues no.

Anónimo dijo...

Las lenguas están para entenderse y no para dividrse, mientras en España no lo entendamos seguiremos haciendo de nuestro futuro una hipoteca.

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