En un baldío de Seseña, provincia de Toledo, construye don Francisco Hernando el Pocero una gran urbanización, denunciada por Izquierda Unida ante la Fiscalía Anticorrupción por presuntos tratos de favor en los trámites administrativos, que le reportó en el año 2005 unos beneficios de más de nueve millones de euros, treinta veces más que en el ejercicio anterior. Por esa fecha El Pocero estaba todavía lejos dar por terminadas las tres mil viviendas de ahora, cuya culminación celebró hace apenas un par de semanas con mucho jamón y solomillo en el multitudinario ágape. Todo parece indicar, por lo tanto, que estamos ante un panal de rica miel, que nos recuerda por la iconografía del protagonista al de Gilito de Marbella, que en gloria esté, y al que según apunta hoy algún confidencial han acudido dos moscas de cuidado. Se trataría en un caso de un periodista mediocre, que brilló mediocremente en las cumbres del poder institucional, y de un facundo político ya relacionado con el señor Hernando, reconocible por sus terrenales negocios en su circunspección natal, que ahora va de escalada en las listas electorales de su partido por otra de más alcance. Al periodista le competiría la promoción comercial y mediática de don Francisco, pero ¿y al político? ¿A qué viene esa insistencia por parte de la fuente suministradora de este comentario en resaltar el legal proceder de los aludidos? Con tanto beneficio junto no sería necesario recalcarlo.
viernes, 5 de octubre de 2007
El Pocero tiene ya portavoz y político de alcance
Lazarillo
En un baldío de Seseña, provincia de Toledo, construye don Francisco Hernando el Pocero una gran urbanización, denunciada por Izquierda Unida ante la Fiscalía Anticorrupción por presuntos tratos de favor en los trámites administrativos, que le reportó en el año 2005 unos beneficios de más de nueve millones de euros, treinta veces más que en el ejercicio anterior. Por esa fecha El Pocero estaba todavía lejos dar por terminadas las tres mil viviendas de ahora, cuya culminación celebró hace apenas un par de semanas con mucho jamón y solomillo en el multitudinario ágape. Todo parece indicar, por lo tanto, que estamos ante un panal de rica miel, que nos recuerda por la iconografía del protagonista al de Gilito de Marbella, que en gloria esté, y al que según apunta hoy algún confidencial han acudido dos moscas de cuidado. Se trataría en un caso de un periodista mediocre, que brilló mediocremente en las cumbres del poder institucional, y de un facundo político ya relacionado con el señor Hernando, reconocible por sus terrenales negocios en su circunspección natal, que ahora va de escalada en las listas electorales de su partido por otra de más alcance. Al periodista le competiría la promoción comercial y mediática de don Francisco, pero ¿y al político? ¿A qué viene esa insistencia por parte de la fuente suministradora de este comentario en resaltar el legal proceder de los aludidos? Con tanto beneficio junto no sería necesario recalcarlo.
En un baldío de Seseña, provincia de Toledo, construye don Francisco Hernando el Pocero una gran urbanización, denunciada por Izquierda Unida ante la Fiscalía Anticorrupción por presuntos tratos de favor en los trámites administrativos, que le reportó en el año 2005 unos beneficios de más de nueve millones de euros, treinta veces más que en el ejercicio anterior. Por esa fecha El Pocero estaba todavía lejos dar por terminadas las tres mil viviendas de ahora, cuya culminación celebró hace apenas un par de semanas con mucho jamón y solomillo en el multitudinario ágape. Todo parece indicar, por lo tanto, que estamos ante un panal de rica miel, que nos recuerda por la iconografía del protagonista al de Gilito de Marbella, que en gloria esté, y al que según apunta hoy algún confidencial han acudido dos moscas de cuidado. Se trataría en un caso de un periodista mediocre, que brilló mediocremente en las cumbres del poder institucional, y de un facundo político ya relacionado con el señor Hernando, reconocible por sus terrenales negocios en su circunspección natal, que ahora va de escalada en las listas electorales de su partido por otra de más alcance. Al periodista le competiría la promoción comercial y mediática de don Francisco, pero ¿y al político? ¿A qué viene esa insistencia por parte de la fuente suministradora de este comentario en resaltar el legal proceder de los aludidos? Con tanto beneficio junto no sería necesario recalcarlo.
3 comentarios:
¿Por qué no El Pocero en las listas por Madrid? Le encantaría a Losantos.
Bien por El roto.
Si se sumaran todoss los Piceros que hay en España y se les condenara por su riqueza se perderían muchos puestos de trabajo legales e ilegales.
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