domingo, 16 de septiembre de 2007

Salamanca, Salamanca ¿académica palanca?


Luisa de León

¿Recuerda el curioso lector aquellos versos caracterizados por su eufonismo un tanto elemental de don Miguel Unamuno, rector de la Universidad de Salamanca, a propósito de la vistosa y antigua ciudad donde impartió su saber, discurrió su vida y tuvo infausto acabamiento ésta, en el invierno de 1936, después de haberse enfrentado al ejército franquista con aquella frase inolvidable y fatalmente cierta Venceréis pero no convenceréis? Pues bien, sin mencionar el medallón en piedra que honra al extinto Caudillo de aquel golpe de Estado en la armoniosa Plaza Mayor de la localidad, doña Dolores Pereira, una ciudadana salmantina literalmente harta de que la capital del Tormes, otrora fermento y corazón de las culturas, sólo sea últimamente noticia por unas oscuras, rancias y crueles particularidades, expone lo que sigue en la edición dominical del diario El País:

Salamanca es una mina de noticias interesantes. Hemos traído en vilo a todo el país durante meses (y continuará...), defendiendo a capa y espada (literal), como si fueran nuestros, unos documentos que fueron robados a sus legítimos dueños en condiciones más que dramáticas.También en Salamanca se pusieron trabas a la libertad de expresión el Día del Orgullo Gay. Salimos en prensa y televisión. Hace muy pocos días, un salmantino decidió cortarse el pene y tirarlo por el retrete. Parece ser que andaba pecando con él. También ocupamos titulares. Esta semana, en primera página de su diario, viene la foto de Enrejado, ese pobre animal que ha muerto acosado por lanceros medievales en Tordesillas, que reviven año tras año las costumbres atroces de épocas inciertas. Y ¡cómo no!, el matarife ha sido otro insigne salmantino, que ha tenido el gran honor de terminar con la agonía de Enrejado. Eso sí, según la alcaldesa de Tordesillas, el animal era muy valiente y se resistió. Reclama la alcaldesa a todo el que diga que es una costumbre salvaje que vaya a verlo en persona. Ya ve usted, señor director: cada vez que ocurre algo interesante y digno de ser registrado por los medios de comunicación, allí hay un salmantino. ¿Somos o no somos una mina?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es lo que pasa cuando se pinta un país por las grandes capitales y se olvida el provincianismo retrógrado del lejano oeste.

Anónimo dijo...

Da entre miedo y asco.

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