lunes, 24 de septiembre de 2007

Marcel Marceau Bip y sus gritos de silencio

Félix Población

Marcel Marceau nació en Estrasburgo en 1923 y se crió en la ciudad de Lille, donde su padre fue carnicero. Formó parte de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, después de que su progenitor fuera apresado y asesinado por los nazis. Antes de las armas, e imponiéndose al recuerdo de la persecución y la muerte, cosecharon su fruto en la sensibilidad del artista las tardes de cine infantil, cuando su padre le acompañaba a ver en la pantalla la mímica genial de Charles Chaplin, Buster Keaton y Laurel y Hardy.

Toda su desbordada admiración por aquellos inolvidables actores y por el gran Pierrot afloraría luego con la creación de su personaje más carismático, el payaso Bip, cuya melancolía y candor llevaban como remate identificativo el trazo inconfundible de una flor mustia en el sombrero. Con su rostro blanco y la quebrada y flexible delgadez de su figura ataviada de arlequín, Marcel Marceau contó por los escenarios del mundo las historias más expresivas y elocuentes desde el silencio -que para él era el lenguaje del respeto y la reflexión-, todas tan gráficas y atinadas de gestualidad y dinámica corporal que dejaban en el espectador un cúmulo de sensaciones mucho más plenas y esenciales que las transmitidas por la voz.

Cuando se le preguntaban a Marceau qué pretendía denunciar con sus mimodramas decía que la miseria y la violencia: Con la edad se han ido haciendo más profundos, más duros. Yo practico el mimodrama del silencio y sólo doy gritos de silencio, algo muy difícil de hacer en un mundo donde todos hablan como metralletas; a veces me siento como un artista contracorriente. El día que yo ya no esté, Bip será memoria viva y dará testimonio del siglo XX. Mientras tanto, como soy un simple mortal, mi papel consiste en estar al frente de la compañía y empujar a mis discípulos al frente. Y sobre su personaje Bip afirmaba que era un Quijote contemporáneo que se enfrenta a los molinos de la vida actual, una enciclopedia sobre la historia de la humanidad que intento transmitir con este arte de mi cuerpo.

En el momento del mutis definitivo de Marcel Marceau tras una larga y fructífera biografía, nada habría más elocuente que su propio arte para expresar el quebranto de su ausencia, porque en esta ocasión más que en ninguna otra las palabras no pueden llegar adonde tan colmados de emociones y sensaciones nos dejó su silencio.

RedDiario
Artículo
EL TEATRO SE QUEDÓ MUDO
Mi felicitación al diario argentino Página/12 por el titular con el que glosó en portada en su edición de hoy la muerte del poeta del silencio.
Página/12

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Marceau fue la culminación del arte del mimo. Su escuela será decisiva para el futuro del teatro. Por eso tengo confianza de que su elocuente silencio se multiplique en el quehacer de sus alumnos.

Anónimo dijo...

Muy bueno el titular y también el artículo.

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