miércoles, 11 de julio de 2007


Rafael Alberti

El soldado soñaba, aquel soldado
de tierra adentro, oscuro: Si ganamos,
la llevaré a que mire los naranjos,
a que toque la mar, que nunca ha visto,
y se le llene el corazón de barcos.

Pero vino la paz. Y era un olivo
de interminable sangre por el campo.

Poemario: Entre el clavel y la espada (1939-1940)

Fuente de la Caricatura Timesonline.
Vista en PiensaChile

2 comentarios:

Small Blue Thing dijo...

Y lo jóvenes que son, coño :(

Anónimo dijo...

Dedicado al pueblo norteamericano, por Vietnam, por Irak y por lo que venga.

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