miércoles, 4 de julio de 2007

Libertad para Alberto Negrín en nombre de la libertad y el pueblo saharaui

Luisa de León

El presidente de CEAS-Sáhara nos hace llegar la carta que en nombre de esta entidad dirige don José Taboada Valdés al señor Presidente del Gobierno y Secretario General del Partido Socialista Obrero Español, para expresar su más absoluta repulsa por el juicio a que será sometido mañana don Alberto Negrín, vicepresidente de la Asociación Canaria de Amigos del Pueblo Saharaui (ACAPS), por ejercer el derecho a la libertad de expresión que le otorga la Constitución Española. Desde CEAS-Sáhara se considera que el señor Negrín se manifestó libre y abiertamente en un mitin electoral del Partido Socialista Obrero Español, celebrado el pasado 14 de abril en Santa Cruz de Tenerife, en el que participó el señor Rodríguez Zapatero como Secretario General del PSOE, lo que nos lleva a pensar que la detención y posterior juicio a Negrín es consecuencia de unas ideas más cercanas a una dictadura que todavía muchos recordamos y hemos sufrido, que a la democracia en la que creemos vivir. La misiva prosigue así:

Exigimos que ese talante tan proclamado por el actual Gobierno de España, se traduzca en un ambiente tolerante y democrático, lejano a la represión que está sufriendo en estos momentos el vicepresidente de ACAPS, simplemente por manifestar su desacuerdo con las decisiones tomadas por el Ejecutivo en referencia al acuerdo pesquero con Marruecos y a la soberanía sobre las aguas del banco pesquero canario-saharaui.
Creemos que Negrín, al igual que cualquier ciudadano español, tiene el derecho soberano de no compartir las opiniones del Gobierno y no por ello ha de ser juzgado, ya que así lo establece el juego democrático y la Constitución Española de la cual no se está teniendo pleno cumplimiento.
Desde CEAS Sáhara, le queremos recordar que Negrín va a ser juzgado única y exclusivamente por exigir que se cumpla la legalidad internacional y manifestarse a favor del derecho a la autodeterminación y la independencia del Pueblo Saharaui, condición indispensable, el respeto a su voluntad de decidir libremente su futuro; derechos que han sido reconocidos por Naciones Unidas en más de 50 resoluciones de su Consejo de Seguridad y Asamblea General.
Rechazamos los motivos alegados para llegar a este punto, ya que se le acusa de desobediencia y alteración del orden público, cuando la realidad no es otra que el ejercicio de su libertad de expresión y opinión.
Señor Presidente, no quisiéramos pensar que todavía quedan resquicios de un pasado en el que la represión y la persecución política estaban a la orden del día, y por el contrario esperamos y deseamos que se haga gala de esa expresión de la que tanto se enorgullece el Gobierno de haber cambiado un Ejecutivo de "derechas" por uno de "derechos".
Pedimos encarecidamente que el Gobierno sea consecuente con las ideas que proclama y tome medidas ante situaciones tan lamentables como la que estamos viviendo con respecto al caso Negrín y exigimos que tan bochornosa actitud no se repita, ya que cualquier ciudadano, amparado por nuestra Constitución, puede y debe hacer uso de unos derechos previamente otorgados.
Como presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE, debe poner freno a tan absurda coyuntura, que no hace más que empeorar una situación lo suficientemente delicada como para permitir que avance y se le escape de las manos.


RedDiario
Entrevista
LA DEUDA DE ESPAÑA CON EL SÁHARA
Hacia el 2001, el escritor español Luis Leante (Murcia, 1963) se encontró con los campamentos de refugiados de la República Árabe Saharaui Independiente y comenzó a preguntarse qué había sucedido en el pasado para que 300 mil personas del presente habitaran en tales condiciones el desierto del Sahara. En busca de respuestas y de conocer el origen de las consecuencias que había descubierto, surgió la novela Mira si yo te querré (Alfaguara 2007), cuyo proceso de escritura le sirvió para enfrentarse a un tema olvidado: en 1975, España tomó la decisión de abandonar a su colonia del Sahara Occidental y ofrecérsela a Marruecos y a Mauritania.“Se trata de un hecho que ocurrió hace 32 años y las consecuencias todavía las viven 300 mil personas que están abandonadas en mitad del desierto. Es algo que ni se ha estudiado en los libros de historia ni ha tenido repercusión social o política: lo que España hizo ahí fue vergonzoso, al abandonar a un colonia, la última que quedaba en África, de donde salió un éxodo de 200 mil personas, ahora son alrededor de 300 mil, sobre quienes se ha echado arena”, explica Luis Leante.
Milenio

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con el caso de Negrín no debería haberse llegado nunca a esta situación.

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