miércoles, 4 de julio de 2007

El quizá último y más doloroso discurso de Rajoy

Félix Población

Así calificaba ayer, al término de su discurso, el que don Mariano Rajoy pronunció en el Congreso con motivo del debate sobre el estado de la nación. Probablemente el alcance de ese dolor no obedezca en unos meses al que el señor Rajoy le dio en la tribuna, en referencia a sus personalizadas críticas al Presidente del Gobierno, sino al diagnóstico que a continuación le formuló como réplica don José Luis Rodríguez Zapatero: Este es el último debate sobre el estado de la nación que usted y yo vamos a hacer -le dijo-, y no lo digo por mí, lo digo por usted que tantos sucesores tiene en todos los sitios.

Fue precisamente la primera de las réplicas de ZP, tras las exposiciones de uno y otro líder en sus respectivos discursos, la que dejó a don Mariano en la expectativa de ese doloroso porvenir a la espera de sustituto. Gracias a la pormenorizada y convincente respuesta que dio a todas y cada de las catástrofes auguradas por don Mariano y su partido a lo largo de la legislatura -desde la quiebra económica, la ruptura de la familia o la desintegración de España-, el señor Presidente del Gobierno dejó al líder de la oposición con un único argumento para rebatirle en la subsiguientes réplicas: ETA.

En ese sentido se puede afirmar que el debate al que asistimos ayer fue el espejo de los tres años largos de oposición cursados por el Partido Popular: Integrada ETA en la delirante conspiración del 11-M, de ETA se sirvió el PP para desgastar al Gobierno en el transcurso del trienio y con ETA terminaron ayer los argumentos del señor Rajoy, al que hasta le sobró tiempo para exponerlos ante la escasez de lucidez y materia constructiva con la que elaborar sus refutaciones.

Si don Mariano se quedó al final de su comparecencia con una única y absurda exigencia ante ZP, que se den a conocer las actas de las reuniones con la banda terrorista o en caso contrario se convoquen elecciones anticipadas, es porque al Partido Popular le ha embargado durante estos pasados años un único objetivo del que ayer quedó ratificada constancia: hacer del terrorismo un insólito e inédito proyecto de oposición. De ello también da idea, como le objetó ZP al señor Rajoy, que el PP sólo presentara 24 proposiciones de ley en el transcurso de la actual legislatura, sin compararlas con el centenar largo presentado por el PSOE durante el último gobierno del señor Aznar.

Pero a veces, más que las refutaciones mayúsculas son los detalles mínimos los que denotan la características de un comportamiento. El de la política enconada de insidias de quien -en palabras del señor Rodríguez Zapatero- ha administrado el resentimiento de otros y la fuerza de quien le designó, podría desprenderse del uso que ayer hizo el señor Rajoy de un lapsus de ZP, coreado en su día hasta la repugnancia por sus compañeros de partido y medios afines al Partido Popular. Volver a insistir sobre el calificativo de accidente que el Presidente del Gobierno dio al atentado de Barajas es de muy mal gusto y denota el estilo despreciativo y faltón, reincidente en el daño personal, con el que don José Luis se refirió a la política del PP. Nadie entre los socialistas reconvino a don Mariano porque dijera ETA es una gran nación o confundiera al Partido Socialista con el Partido Terrorista.

No hay duda respecto al calificativo dado a su discurso por el señor Rajoy. Duele comprobar que con lo dicho ayer refrenda la etapa más oprobiosa de un partido opositor en la historia reciente de España. Sería deseable, como concluyó ayer su última intervención ZP, que la utilización del terrorismo como materia de oposición no sólo al Gobierno, sino al Estado, a la democracia y a la libertad en España, fuera sólo un paréntesis excepcional e irrepetible, del que hasta su promotor por delegación aznariega -y según avalan sus precedentes como ministro de varios departamentos- pasara en el futuro desapercibido.

RedDiario
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VISTO PARA ELECCIONES
Este es un Congreso de los Diputados que no soporta las ideas y se crece en cada encontronazo. La novedad es que el matón, en esta ocasión, fue el presidente del Gobierno, que se vio aliviado de explicar cómo va a gobernar España en el tránsito a las generales. La política ha sido sustituida por la bronca y el padre de esta situación es Mariano Rajoy, que ahora ha encontrado respuesta en los parámetros donde siempre ha ejercido. Ayer fue un día para los hooligans del presidente, porque la historia se invirtió para darle a Rajoy un poco de su propia medicina: Martínez Pujalte se quedó sin poder sumar sus exabruptos a las diatribas ineficaces de su líder natural. Que se prepare Mariano Rajoy: en la COPE y en El Mundo le van a pasar la cuenta porque no van a entender que el bronquista termine abroncado. Y eso cuando las próximas elecciones generales empiezan a estar vistas para sentencia.
Carlos Carnicero, El Plural

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Zapatero se ha adapatado a lo que el grueso de España demanda: el premio de los 2500 euros y la bronca al que abroncaba, Puede ser que no sea la política que deseo, pero en este país es la más efectiva.

Anónimo dijo...

El debate puede contemplarse desde tres puntos de vista: Como militante o simpatizante del PSOE, en cuyo caso Zapatero es el gran triunfador, tanto si dice so, como si dice arre. Como militante del PP, en cuyo caso Rajoy fue muy hábil pidiendo las Actas y preguntando cosas a las que el señor Zapatero no contestó y fue muy hábil en todo caso, tanto si dijo so, como si dijo arre. Por último, puede contemplarse como ciudadano corriente y con una cierta dosis de sentido comun. En este último caso cabe hacer la ssiguientes apreciaciones:
1. Al ciudadano común no le impresiona gran cosa que gane Zapatero o que gane Rajoy y, de hecho, cada vez siente menor interés por esos debates en el "Labiamento", en los que se habla mucho y no se dice nada gracias a los que se llama "filibusterismo político".
2. Al ciudadano corriente le preocupa el crecimiento de las hipotecas, el incremento del coste de la vida y que cada año cinco nuevos españoles figuern en la lista de los hombres más ricos del mundo y que todos ellos sean banqueros, además. Intuye que si se crece mucho y eso es para que haya cada vez más ricos, para nada necesita un Gobierno de izquierdas.
3. Al ciudadano corriente le preocupa el terrorismo y por eso le gustaría saber en qué quedó el llamado proceso de paz, no sea que continue incluso aunque haya atentados. éstos siegan vidas, pero tambien arruinan haciendas y modos de vida
4. Si España se rompe, los más perjudicados serán quiénes desean separarse de ella, así que rómpanla ustedes y verán. Pero claro al ciudadano corriente le interesa que el dinero que entrega al Gobierno en concepto de impuestos no se vaya a lugares en donde pronunciar el nombre de España suscita, cuando menos, una mueca de desprecio.
5. Por último también preocupa la precariedad en el empleo, la creciente inmigración, la escandalosa corupción y el tremendo desprestigio de ciertas instituciones.
Si de todo eso se habló en el debate, quien mejor haya hablado y mehor haya demostrado con argumentos sus puntos de vista habrá ganado votos; pero si no se habló de eso o si se dijeron las acostumbradas tonterias por parte d eunos y otros, cada uno seguirá votando a su partido y aquí no habrá pasado nada.

Anónimo dijo...

Rajoy será muy pronto olvido como líder del PP gracias a su depedendencia de quien lo puso ahí, quizá para volver él.

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