jueves, 21 de junio de 2007

¿Se entenderán al fin san Carlos Borromeo y la alta jerarquía?

Melibea

Pese a las críticas expuestas días atrás por destacadas personalidades de la jerarquía eclesiástica contra la parroquia de Entrevías, ayer pudimos leer en varios medios de información que se daba por cierta una solución negociada entre los curas de san Carlos Borromeo y el Arzobispado de Madrid. Según esa noticia, dicha parroquia dejará de serlo para convertirse en un centro misional de atención a los más pobres, un local dirigido por los tres sacerdotes, con total autonomía y sin depender de Cáritas. Tal resolución fraternal, se aseguraba, era el resultado de la reunión mantenida por el obispo auxiliar de Madrid, monseñor Fidel Herráez, acompañado del vicario de la zona de Vallecas, don Ángel Matesanz, y del experto en temas jurídicos, Roberto Serres, con los tres curas de la llamada parroquia roja. Pues bien, según nota aclaratoria suscrita por éstos, don Javier Baeza, don Enrique de Castro y don José Díaz, el contenido de la información difundida obedece más al deseo de un periodista de adelantar una noticia futurible. En la reunión, los tres curas se limitaron a exponer al señor obispo auxiliar su decisión de continuar con la situación actual, sin depender de Cáritas, viviendo y celebrando nuestra fe con la comunidad parroquial. El obispo nos hizo una propuesta de cambio de situación: la parroquia dejaría de ser tal para convertirse en un centro de características distintas, pudiendo elegir nosotros entre varias fórmulas. Una vez escuchada dicha propuestas, y aclarados los matices, respondimos que lo pensaríamos con la comunidad parroquial, quedando de acuerdo el obispo. No hubo ni hay por nuestra parte ningún adelanto de respuesta, ni podemos comunicar nada antes de que se produzca el encuentro y reflexión en la comunidad. De todos modos, y dado que reunión hubo y lo planteado fue eso, el modo de actuar de la jerarquía a dos bandas -con la crítica pública por un lado y el intento de avenimiento menos público por otro- denota, además de la estrategia negociadora propia de la institución, el celo precautorio que asalta a los respetables monseñores a la hora de imponerse sobre sus hermanos de fe cuando es la fe y la coherencia con el mensaje evangélico más fehaciente las que están en juego.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La doble moral de la jerarquía es deplorable. Jesús repetiría con la jerarquía lo que con la religión mkosaica de su tiempo.

Anónimo dijo...

El notable escándalo que han originado estos tres sacerdotes "fraternales" hace mucho más daño a la Iglesia que dejarlos ir por libre. Por otro lado, y por lo visto, los tres sacerdotes fraternales han comprendido que sin la Iglesia su proyecto se quedará en nada, cuando el escánadlo se apague. Así pues, Iglesia y sacerdotes fraternales negocian. Nada de doble Moral. Solo Política.
Un verdadero asco.

Anónimo dijo...

El daño de la iglesia está en su seno: poder. La pobreza sólo le importa para justificar su poder, no para contribuir a evitarla.

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