martes, 8 de mayo de 2007

Nicaragua empieza contra el hambre

Lazarillo

Es un buen día el 4 de mayo para iniciar en Nicaragua el llamado Programa Hambre Cero. Se celebra en esa fecha el Día de la Dignidad Nacional en homenaje al general Augusto Sandino. Aunque la verdad es que cualquier día habría sido excelente para proponerse acabar con esa primera referencia calamitosa propia de un país en donde la extrema pobreza afecta al 70 por ciento de la población. Cuando Sandino se enfrentó al ejército estadounidense en 1934 y se le instó a rendirse, el general respondió: Ni me vendo ni me rindo. El presidente Ortega ha tenido en cuenta esa frase al recordar la efeméride en el acto conmemorativo del inicio de la campaña en una comunidad de las más afectadas, al noreste de la nación, ya colindante con Honduras: Frente al hambre, a la extrema pobreza, al desempleo, este pueblo miskito, mayagna, afrodescendiente y nicaragüense, ni se vende ni se rinde. También tuvo unas alusiones para los que están bien comidos y sientan la tentación de criticarle. Ellos saben y su conciencia que la causa es justa. No deja de ser sintomático que la región de Raití, allí donde se han empezado a repartir semillas y alimentos, sea la misma en la que el Frente Sandinista de Liberación Nacional inició en los años sesenta su lucha contra el dictador Somoza. También se han repartido mochilas con lápices y cuadernos para que a la cosecha de los frutos, crecidos bajo el sol y la lluvia del cielo, la siga la del entendimiento, madurado en la lectura de la razón. Nicaragua, tan violentamente dulce -según el gráfico y expresivo título de don Julio Cortázar-, empieza contra el hambre de pan y de cultura.

RedDiario

Crónica
ORTEGA COMENZÓ SU LUCHA CONTRA LA POBREZA
El presidente nicaraguense Daniel Ortega tiene prevista una inversión de 150 millones de dólares para frenar el hambre en el país. La aspiración es que cada familia campesina produzca sus propios alimentos y puedan establecer mercados locales.
El programa prevé entregar a 75.000 familias campesinas entre el 2007 y el 2012 un bono por valor de 2.000 dólares a cada una de ellas. Ese bono productivo incluye la entrega a cada núcleo familiar de una vaca preñada, una cerda cubierta, seis aves de corral (cinco gallinas y un gallo), semillas, plantas frutales y forestales, un crédito renovable y otros medios.
APM

2 comentarios:

Anónimo dijo...

- Dame algo del pan que disfrutas, hermano yanqui. ¿Por que despilfarras lo que yo necesito para vivir?Por qué quemas mis cosechas para que los precios no caigan? ¿No ves que así me arruinas y matas de hambre a mi familia? Mira que ambos somos iguales, que tenemos las mismas necesidades, que lloramos y reímos del mismo modo. Y, no obstante, solo nos hermanamos en el sufrimiento.
- Calla, campesino, que tus lamentos enturbian mi bienestar y no me dejan disfrutar de la vida. Si Dios quiso a darme a mí todo y a tí nada ¿por ventura he de contradecir yo a Dios? Si soy dueño de tus tierras, de tus recursos naturales, de tus comercios y de tus industrias deberías alegrarte y no lamentarte, pues así están en manos de los que defienden la libertad y no de las que la oprimen. Sufre, pues, y espera, que Dios aprieta pero no ahoga.
¿Me han entendido, verdad que sí?

Anónimo dijo...

Dar vida y razón a la política es eso.

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