lunes, 28 de mayo de 2007
Madrid fue decisivo ayer, pero no mañana
Félix Población
Aunque la mínima diferencia de votos a favor del Partido Popular en la jornada de ayer entra dentro del margen considerable como empate técnico con el PSOE, la algazara de su dirigencia por vender el resultado de la victoria a toda España, desde los balcones de la sede del aznarato en Madrid, es lo que corresponde a un partido que en todo momento planteó estos comicios como un adelanto de los generales que vienen. Si se tiene en cuenta que desde 1983 el partido vencedor en las municipales, por mínimo que sea su triunfo, es el que gana las legislativas, la algarabía del PP sería entendible.
Pero hay un dato muy significativo que el Partido Popular debe madurar hasta que se celebre la próxima convocatoria en las urnas dentro de unos meses. Pese a conseguir ciento y pico mil votos más que el PSOE en toda España, aunque con menor número de concejales que el partido en el Gobierno, el PP ha perdido poder municipal y territorial en algunos ayuntamientos y Comunidades en los que venía gobernando, como son los casos de Navarra y Balares, donde el Partido Socialista podría concertar alianzas a su favor (también en Canarias, frente a CC y PP). Si a eso añadimos que el pacto entre el PSOE e Izquierda Unida podría representar para la derecha la pérdida de hasta diez importantes alcaldías, se podría inferir que la incontestable y rotunda victoria del Partido Popular en Madrid, por muy vendible que sea electoralmente, no debe revelarse como proyección fiable para los comicios generales del año que viene.
Más con vista a esa convocatoria que a la que acabamos de celebrar, el PP hizo de Navarra y el País Vasco motivo básico de su campaña electoral. Esto quizá le haya valido un incremento substancial del voto en Madrid, pero a costa de perder el gobierno territorial de Comunidades donde lo tenía, a más de mantener la minoría que ya soporta en Cataluña, Euskadi y Andalucía. Esto debería hacer reflexionar a la derecha que para gobernar España, por mucho que sea el apoyo de Madrid, lo substancial es el grado de representación que se obtenga en esa periferia tan decisiva.
En los que respecta al Partido Socialista, los deberes que le incumbe hacer a la hora de valorar estos resultados competen precisamente a Madrid y su Comunidad. Si caro le ha salido al señor Presidente del Gobierno presentar a un candidato tan forzado y soso como el señor Sebastián, también debería reconsiderarse fallida la alternativa del señor Simancas. No olvidemos que según las encuestas la ciudadanía madrileña se declara en un 39 por ciento de izquierda, frente a un 27 que dice ser de derecha, lo cual no parece casar con 16 años de gobierno regional y con mayoría absoluta a cargo del PP.
También debería preocupar al partido en el Gobierno, con vistas sobre todo a las elecciones generales, esos casi cuatro puntos de abstención con respecto a los comicios de 2003. Si esa abstención ha perjudicado proporcionalmente más al PSOE, como he podido comprobar en la pequeña localidad en que resido y en la que el PP, por el contrario, se ha movilizado para lograr la alcaldía, parece evidente que el Partido Socialista debería incidir más en su política social y clarificar tambien más la territorial, dejando por tedioso el ataque a las desmesuras de la oposición conservadora. Lo primero llega al ciudadano. Lo segundo acaba por aburrir y distanciar.
RedDiario
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PIERDE ZAPATERO Y NO GANA RAJOY
Si hacemos una pirueta, frívola en cualquier caso, para seguir el juego, impuesto por el PP y el PSOE, de considerar el 27M como unas “primarias” para las legislativas de dentro de diez meses —o de menos si Zapatero lo necesita—, podremos señalar, Madrid al margen, un cierto retroceso popular. Lo de Madrid es otra cosa. Esperanza Aguirre, el PP, ha renovado su presidencia con brillo y mayoría absoluta. Mucho mérito propio y, también, mucho demérito socialista. Sobre la escasa estatura del candidato Simancas, empequeñecido por el lastre de Sebastián, se manifiesta un modelo de oposición caduca. Caducada.
Manuel Martín Ferrand, Estrella Digital.
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NECESIDAD DE AUTOCRÍTICA PARA TODOS
No parece, en este primer instante, que haya mucho espacio para la esperanza de que un milagro haga administrar los resultados obtenidos por el PP en la dirección de centrar la política de este partido. El PSOE debe reflexionar también sobre lo sucedido y no pensar que los magníficos resultados que le permitirán aumentar su poder territorial le eximen de la obligación de analizar también el dato objetivo de que el PP, aunque por estrecho margen, le haya sobrepasado en el computo de las elecciones municipales.
Carlos Carnicero, El Plural
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GALLARDÓN DERROTÓ A AGUIRRE Y A LA COPE
El pueblo de Madrid, los héroes del Dos de Mayo, los gatos y chulapos, gente abierta, liberal y generosa donde las haya, le ha otorgado a Alberto Ruiz-Gallardón una clara y sonora victoria electoral contra todos sus adversarios, externos (PSOE e IU) e internos, Esperanza Aguirre y la COPE, la insidiosa cadena de radio episcopal, a los que la gran mayoría de los madrileños, el espejo limpio y cristalino de la ciudad, le han dicho que el mejor de los políticos de la ciudad se llama Gallardón. Y ello por más que la presidenta de la Comunidad madrileña, la revoltosa del PP, y su COPE protegida le hayan querido tildar de traidor a las siglas del PP, como el enviado de Zapatero en Madrid, metiéndose en camisa de once varas y en la vida privada del alcalde, al que quiso presentar como un Tenorio notorio con un indecente golpe bajo que se revolvió contra él, convertido en un certero y mortal bumerán.
Marcello, Estrella Digital
7 comentarios:
Republicaca??
Eres pro-republicaca??
Yes??
De una republicaca como la 1ª y la 2ª, pero en versión 3ª republicaca??
Siii??
Esos son los cromos, no las repúblicas, Tente.
Una vez más la derecha española nos demuestra que la izquierda esta dividida y que su voto está muy disperso.
Como no aprendamos a unirnos... lo llevamos muy muy crudo.
Lo de Madrid ha sido vergonzoso, el PSOE tenía muchisimas posibilidades de haber ganado la comunidad y haber puesto las cosas dificiles a Gallardón. Con la metedura de pata de ZP y de Rafael Simamcas sólo puedo pedir la dimisión de este único y la creación, de una vez por todas, de una lista conjunta IU-PSOE.
Si keremos parar a estos brabucones es necesario unirse... o nos seguirán pasando cosas como estas.
Una cosa es que el PP haya perdido el gobierno de varias comuniades y Ayuntamientos y otra muy diferente es el análisis del hecho de ser el partido mas votado en todas ellas, un hecho harto significativo porque si bien es cierto que ahora el PSOE puede gobernar allí eso es gracias a los votos de personas que no le han votado a él, sino a otros partidos. Lograr de nuevo una mayoría absoluta en todos los lugares donde la tenía era muy difícil y aún así ha barrido en Madrid, Valencia y Murcia. Claro que si quitamos Madrid el triunfador de las elecciones hubiera sido el PSOE pero puestos a quitar podíamos quitar mejor a la nación catalana y a las áreas del Estado en las que existen dudas razonables sobre si se votó o no "en paz y libertad". No quitemos, pues, nada y aceptemos los hechos como son. Reflexionemos sobre ellos y démonos cuenta de que quien tienme riesgo de perder es España, salvo que el partido en el Gobierno deje de cometer errores y rectifique los ya cometidos, si es que puede hacerlo. Quizás sea esa la enseñanza más importante a la que conduce el resultado de estas elecciones. Tal y como se están poniendo las cosas tal vez sea mejor defender la creación un Estado federal, que mantener un Estado autonómico en el que unas autonomías tienen que financiar a las otras y muy especialmente la de Madrid. Eso lo saben los madrileños muy bien, ya sean de derechas o de izquierdas. Y, en cualquier caso, los resultados de Madrid siempre serán importantes, no porque sea la capital de España, sino porque allí viven casi seis millones de personas.
Si se tiene en cuenta que en la anterior consulta, antes del transfugismo de dos representantes del PSOE, el PSOE ganó la Comunidad de Madrid, la derrota del PSOE en estas elecciones es el gran error de estrategia y de oposición de los socialistas, con Rodríguez Zapatero al frente. Pero como dice el artículo, no será Madrid la comunidad que decida el gobierno del Estado, sino la capcidad de pactar entre quien ocupe el gobierno y los nacionalistas. Ésa, ahora mismo, está más a favor del PSOE que de un PP descentrado.
El PP olvida que a la izquierda del PSOE y como partido representativo en toda España está Izquierda Unida, con un millón doscientos mil votos, muchos de ellos transformados en voto útil de apoyo al PSOE en unas elecciones generales. Eso le falta al Partido Popular, y no es poco, para pensar con tanto optimismo en las generales.
Olvidos los hay tanto por parte del PP como del PSOE. La posibilidad de pactar de la izquierda se vería terriblemente afectada tan pronto como el PP se decidiera a pactar con el PNV, que es de derechas, y con CIU, que también lo es. Ocurre, sin embargo, que como estos partidos defienden la creación de un nuevo Estado y el PP no, por coherencia política éste se resiste a pactar, pero no es cierto que esté tan solo como algunos aseguran. Pues bien; bastaría conque el PP hiciera un guiño al PNV y a CIU para dejar al PSOE en minoría si se mantuvieran los resultados de estas elecciones. Ese guiño es precisamente el que les ha hecho el Gobierno del señor Zapatero, pero dense cuenta de que si él lo hizo nada impide que también lo haga el PP. O si no, díganme ¿qué ocurriría si el PP, tras ganar las elecciones, aceptara el Estatuto catalán y las pretensiones de la izquierda aberzale? En política no hay nada imposible y puesto que se dice que el PP tiene una infinita ansia de poder ese sería un modo de conseguirlo. Antecedentes, como les digo, ya existen y no proceden precisamente de la derecha española.
Puesto que se minimiza el hecho objetivo de que el PP ha sido el partido más votado en función de las posibilidades de gobierno, consíderese también esta posibilidad y pregúntense los analistas la razón por la que el PP no puede acogerse a ella. Comprobarán así que es justamente la misma por la que jamás debió acogerse el PSOE.
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