Celestina Tenerías
Su santidad el Papa Benedicto XVI dio ayer una voz de alerta por el surgimiento de lo que calificó como formas autoritarias de gobierno en América Latina y advirtió a los obispos de la región que la Iglesia Católica no es una ideología. En el subcontinente se ha evolucionado hacia la democracia aunque haya motivos de preocupación ante formas de gobierno autoritarias o sujetas a ideologías que se creían superadas, dijo el inaugurar la V Asamblea de la Conferencia Episcopal de América Latina y el Caribe (Celam) celebrada en Aparecida. Para quienes se pregunten por la identidad de la mano que sostiene la hostia, sepan que es la de Juan Pablo II, santo subito de la católica iglesia, durante su viaje a Chile en 1988. Por cierto, no he logrado encontrar en la Red a los dos protagonistas visibles de la instantánea por más que lo he intentado. Hagan la prueba e infórmenme, por favor, no fuera a ser que Wojtyla haya obrado el milagro de esfumarse de ese ejemplar pasaje de su currículo por pura gracia de su hagiografía y tal prodigio no conste en la misma.
6 comentarios:
Si el Sermón de la Montaña no es una ideología que venga Dios y lo vea.
Para los cristianos con fe en el Evangelio esa imagen desautoriza cuanto pueda decir el Papa sobre dictaduras.
¿Puede ser una ideología un modo de vida, que se basa en un mandato? El "Amaos los unos a los otros, como Yo os he amado" es un mandato. Ni votado, ni consensuado, ni acordado, ni pactado: Un mandato. Hecho por nuestro bien y para nuestro bien. Que puede seguirse o no, porque el Cristo respetó siempre la libertad individual. Un mandato avalado por su ejemplo. Y ahora, díganme ¿es esto una ideología?
Es una idea, una muy buena idea que afecta a la integridad del comportamiento humano y no a los intereses políticos partidistas, pero esa ideas, como todas, puede estar más cerca de quienes defienden las ideas de emancipación social que quienes imponen la explotación del hombre por el hombre.
Claro que sí, Regis; claro que sí. Y por eso quien explota a su semejante, aunque se llame a sí mismo cristiano, no es sino un pagano vergonzante. Da igual quien lo haga, pues para Dios todos somos iguales, ya seamos de izquierdas o de derechas que no sería justo hacer distingos basados en algo tan relativo como es una ideología política. Ricos y pobres; conservadores o progresistas; famosos o del montón; listos o menos listos, absolutamente todos somos capaces de amar y de amar mucho. Quien asi haga, aunque no esté libre ni del sufrimiento ni del dolor, ciertamente vivirá, ya que el Amor es la Vida; quien así no haga, no recibirá nada cuando reclame lo que jamás ha dado y que, sin embargo, tanto necesita.
Daría lo que tengo por saber quién fue el confesor de Pinochet, no su comulador.
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