Félix Población
El pasado domingo, día de la jornada electoral, mi admirado don Andrés Rábago, El Roto, editorializaba en el diario El País con una de sus sugerentes viñetas. En la imagen, un ladrillo sustituía a la papeleta del voto como materia depositable en las urnas. Ante semejante interpretación del día de la fecha cabía establecer varias conclusiones. Que el negocio del ladrillo, tan aireado por el citado periódico en las últimas semanas con su trama de especulaciones urbanísticas y granjerías inmobiliarias, iba a tener su peso en el momento en que los electores depositaran su voto, o que ese peso iba a decantarse en favor de los muchos intereses que mueve el negocio del ladrillo en España. Debo admitir que por ineludible espíritu constructivo me decanté por la primera de las alternativas, algo que una vez sabido los resultados de las urnas ya no tiene razón de ser.
Reconocido por todos que el pasado 27-M el Partido Popular ganó las elecciones gracias a la abultada victoria cosechada en la Comunidad de Madrid, así como que la abstención en Cataluña y Andalucía favoreció al PP (en la ciudad de Barcelona no votó la mitad del electorado y en toda Cataluña se contabilizaron hasta 90.000 votos en blanco), tal parece que cuanto se difundió en los medios sobre las corruptelas del negocio del ladrillo en ayuntamientos y Comunidades se hubiera quedado en agua de borrajas.
Es más, en determinado municipios donde los alcaldes del Partido Popular fueron detenidos y hasta encarcelados por su implicación en irregularidades urbanísticas o inmobiliarias, la ciudadanía volvió a depositar su confianza en el PP para la administración de sus ayuntamientos, incluso con más apoyo que antes, como si todo lo revelado a través de los medios hubiese operado a favor y no en contra de esa alternativa política.
Después de tres años de furibunda oposición, durante los cuales la dirigencia del Partido Popular se basó antes en la bronca que en los argumentos, con muy graves y necias acusaciones contra el Gobierno de España, tal parece que eso es lo que ha primado para que el número de votos a su favor superase por poco a los obtenidos por el PSOE. Si ha sido así, por encima de lo que la viñeta de don Andrés Rábago apuntaba el pasado domingo, se podría pensar que a este país le falta un tornillo o le sobra el ladrillo como razón de escándalo.
Yo no lo creo del todo. El balance del 27-M es fruto de la movilización de la derecha, que no dejó de pisar la calle durante el pasado trienio y en esa misma línea de activismo participó con su voto el pasado domingo. Por contra, la izquierda se mantuvo un tanto mohína durante estos tres años y también así se comportó anteayer ante las urnas, sobre todo en las Comunidades más afines al voto socialista. Súmese a ello la metedura de pata de ZP con sus candidatos en Madrid y entenderemos lo ocurrido.
Teniendo en cuenta que más a la izquierda del PSOE hay dos millones de votos susceptibles en un cierto grado de convertirse en voto útil en unos comicios generales, la experiencia del 27-M debería servir de revulsivo para dentro de unos meses, siempre que desde el Gobierno se actúe con más resolución en la política social y territorial y menos complejo de dependencia del catastrofismo propalado por la oposición. Falta saber qué pasará con ETA a partir de ahora.
RedDiario
Artículo
A ESTE PAÍS LE FALTA UN TORNILLO
Ni la corrupción generalizada ni los escándalos conocidos, ni otros casos no conocidos pero que se adivinan aunque no se hayan destapado, han hecho mella en el electorado de gran parte de Comunidades y municipios españoles.
El cambio que está experimentando la mayoría de los países del planeta es imparable. Y sólo los gobernantes de los países latinoamericanos decididos a frenar en sus territorios este vendaval hedonista, expoliador y abusivo que se lleva todo por delante, a duras penas se libran de los embates de un capitalismo feroz resuelto a convertir en esclavos entretenidos a los pueblos del mundo, vapuleados a latigazos por cómitres políticos sin escrúpulos que están a las órdenes de los dueños financieros y reales del planeta.
Jaime Richart, Argenpress
7 comentarios:
Falta por evaluar en vuestro articulo los votos de otros "ciudadanos de la Unión Europea" que también participan en las elecciones municipales (ingleses, franceses, alemanes, rumanos, etc. que viven en nuestras ciudades) y como no el sufrido voto por correo que resulta más dificil de comprobar. Con una buena organización, aprovechando la difusión de listados de electores y con paciencia se pueden recolectar muchas voluntades, bien sea en el extranjero o en el sufrido cementerio donde nadie habla.
Un saludo
La puntualización es muy digna de tener en cuenta, aunque el balance real de las elecciones deja en evidencia la mala estrategia seguida por el PSOE en Madrid, cuyos efectos están dando a un empate técnico real la apariencia de una gran victoria por parte del PP. El PSOE, por su parte, parece incapaz de reaccionar ante ello.
Ahora que hagan de Gallardón el candidato y el PP ganará las generales. Pero para eso habría que pasar antes por Aznar.
Pues vera usted, señor Población. Las referencias a la corrupción urbanistica hechas en los mitines lo que han producido es un aumento de la abstención, porque generan desconfianza respecto de nuestros gobernantes. La victoria del PP es muy parecida a la victoria del PSOE en las anteriores elecciones municipales y a lo que dijo el señor Zapatero respecto a ella me limito. Él no habló de precaridad, ni de empate técnico, ni de cosas así: el dijo que era "una victoria clara del PSOE, porque había mas de 150.000 de diferencia entre los que habian votado al PSOE (casi parecía que le habían votado a él y no al PSOE) y aquellos que habían votado al PP. El denostado señor Aznar utilizó, por su parte, los argumentos que ahora utiliza el señor Blanco (Zapatero no se atreve) y lo curioso del caso es que no se armó ninguna polémica al respecto, que yo recuerde. ¿Quien sabe mejor aceptar una derrota, el PP o el PSOE? Tal y como veo yo las cosas, se embrollará tanto el asunto que al final será el PSOE y no el PP quien ha ganado estas elecciones y encima se echará la culpa al PP por no estar de acuerdo. Mejor sería reflexionar sobre los motivos, corregir los errores y aceptar las cosas que empeñarse en maquillarlas. Y esto lo digo en perjuicio del PP, porque si el PSOE corrigiera seguramente volvería a recuperar la confianza perdida. Que buena parte del electorado simpatice con un gobierno de izquierdas no significa que la izquierda pueda hacer lo que le venga en gana. Es posible que el señor Zapatero lo entienda a la vista de lo ocurrido en Madrid.
Si la movilización de la derecha es, quizás, el hecho más importante que ha influido en el comportamiento electoral, no veo por qué no ha influido la movilización de la izquierda (incluyendo, anturalmente, a la aberzale), que también ha existido. Mas bien creo yo que la masiva movilización de la derecha y la limitada movilizacion de la izquierda son efectos de una misma causa. Yo no voy a decirla. Pero si tuviera esperanzas de alzarme con la victoria en unas próximas elecciones la buscaría y una vez hallada, en lugar de engañarme con pretextos insostenibles en pura lógica, quitaria esa causa para seguir el dicho latino: tollitur causa sublata efecto.
No, si latín si sabe el anónimo anterior, pena que sea manifiestamente tendenciso y simplista en lo que dice en castellano.
Prefiero una y mil veces ser simplista, aunque libre, que ser un intelectual esclavo de consignas y ciego a todo tipo de razonamiento que no coincida con el suyo. Y ya sabe usted que si de gustos no hay nada escrito, de opiniones tampoco. En cuanto a lo de tendencioso, como soy tan simplista no acierto a comprender hacia qué tiendo pero voy a aclarárselo. Mi tendencia es a estar inclinado a decir siempre lo que pienso y apoyarlo con argumentos. No digo que tenga razón, claro. Si la tuviera no necesitaria contrastar mi opinion. En cualquier caso, apoyo con argumentos mis opiniones y no con consignas que no tienen ni siquiera la virtud de ser originales.
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