domingo, 6 de mayo de 2007

Cuba, Estados Unidos y los Derechos Humanos

Tal como refleja la carta que consigno a continuación, Cuba y Estados Unidos comparten, en el informe de Amnistía Internacional sobre las violaciones de Derechos Humanos en el mundo, un mismo apartado: la pena de muerte, por desgracia vigente tanto en muchos Estados norteamericanos como en la isla caribeña. Por ceñirnos a la actualidad, es de resaltar que anteayer mismo fue ejecutado en el Estado de Indiana (USA) un hombre condenado por el asesinato a puñaladas de un anciano vecino hace 23 años. A David Woods, de 42 años, se le consideró fallecido a las 12,35 hora local, luego de la la aplicación de una inyección letal en la cárcel de Michigan City, según el comunicado oficial dado a conocer por dicho centro penitenciario. Se trata del decimosexto interno ejecutado en Estados Unidos a lo largo del año en curso (menos de cinco meses). Ese mismo día, el diario The Washington Post informó, con gran sentido de la oportunidad documental, que desde 1989 al día de hoy, merced a la nueva tecnología de estudios comparados de ADN, la Justicia norteamericana debió revertir las condenas a más de 200 presos acusados y condenados en forma errónea. Por lo que respecta a otros apartados propios del informe de Aministía Internacional, los relativos a torturas, malos tratos y terrorismo, es digna de valorar la enunciación de la concisa misiva suscrita por don Emilio González López y publicada hoy en el diario El País:

En la cumbre anual entre EE UU y la UE destacó el presidente Bush la necesidad de "respetar los derechos humanos en Cuba". Me extraña que, al parecer, ninguno de los presentes tratara el tema de los cientos de prisioneros de guerra que llevan años enjaulados, con tratamiento inhumano y sin ninguna garantía jurídica, en la isla de Cuba, pero en la base norteamericana de Guantánamo.
Esta cruzada de los derechos humanos en Cuba casa mal con la realidad descrita por el informe de Amnistía Internacional sobre las violaciones de derechos humanos en el mundo (datos de enero-diciembre de 2003), en el que se estudian cuatro apartados. En este estudio aparece Cuba señalada en un único apartado: c) Pena de muerte. Estados Unidos aparece en el mismo apartado c y además en el apartado b) Torturas y malos tratos. (Todavía no había surgido Abu Ghraib).
Hablando de terrorismo, del que EE UU se considera el mayor enemigo, podríamos recordar la voladura del buque francés Le Coubre en el puerto de La Habana que costó 101 muertos, y las actividades del agente de la CIA Posada Carriles, implicado en la voladura en el aire de un avión de pasajeros cubano, en el que fallecieron todos sus ocupantes, y en la explosión de varias bombas en hoteles de La Habana. Hay que señalar que EE UU se niega a extraditar a este ex agente de la CIA.
Se podrían tratar muchos más actos terroristas relacionados con la política de EE UU pero concluiremos con dos apuntes sobre este asunto: EE UU es el único país del mundo condenado por terrorismo por el Tribunal Internacional de La Haya por su actuación contra el Gobierno sandinista de Nicaragua, y en la guerra de Irak tres de sus militares han sido imputados en el bombardeo, en el mismo día, de las sedes periodísticas de Al Yazira, Al Arabiya y el hotel Palestina, en donde falleció nuestro compatriota José Couso.


Breviario
POLITICOS EN EL BURDEL
Nos cuenta hoy la cronista Yolanda Monge más datos revelados por la dueña de un prostíbulo de Washington acerca de los altos cargos de la Administración USA que hicieron uso de los servicios del burdel. Sin embargo siguen sin conocerse más nombres que los ya sabidos: Randall Tobias, alto funcionario del Departamento de Estado y ariete en la lucha contra la prostitución dentro del Gobierno de George Bush, y Harlan Ullman, columnista de The Washington Post, antiguo comandante de la Marina y autor del informe Shock and Awe, que sirvió para engrosar los prostituidos argumentos para invadir Irak.
DdA

1 comentario:

Anónimo dijo...

De vez en cuando El país se permite que los lectores se tomen esas libertades, pero nunca pasarán de ser opiniones de segunda fila en un periódico proUSA.

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