viernes, 11 de mayo de 2007

América pierde católicos, el Papa excomulga y la Liberación prosigue

Félix Población

Llega Benedicto XVI a Brasil, el país más numeroso en creyentes católicos. Pisa el Papa por primera vez América Latina, donde reside la mitad de su feligresía mundial, acuciado por ese 10 por ciento de fieles huidos a otras confesiones en los últimos diez años. Puede que al Vaticano esa inquietud le haga perder los resortes de infalibilidad porque lo primero que ha hecho ha sido contradecirse. No es lo más estimulante para empezar con buen pie tan importante viaje.

Ya desde el cielo, antes de que su avión tomara tierra, se aprestó Benedicto XVI al anuncio de una excomunión automática para aquellos legisladores que aprobaron en México, semanas atrás, la despenalización del aborto. El padre Lombardi, director de la Oficina de Información, hubo de rectificar al pontífice con la obviedad de que tal proceder no se ha dado, ni al parecer se dará. El percance me recuerda un poco al de Ratisbona, cuando su santidad recurrió a una cita más que inoportuna sobre el profeta Mahoma meses antes de su viaje a Turquía.

Está claro que a la católica iglesia, además de la pérdida de creyentes, le preocupa en extremo el efecto dominó que la despenalización del aborto pueda tener en Iberoamérica, con Brasil ahora en esa misma coyuntura política. Extraña, sin embargo, en esa defensa a ultranza que El Vaticano hace de la vida, que con la indudable capacidad de influencia que la Santa Sede tiene sobre y gracias a esos algo más de mil millones de fieles, así como sobre las propias estructuras de poder que gobiernan nuestro planeta, no haya habido hasta ahora un pontífice que incida y reincida en la prioridad fundamental que para la defensa de la vida humana constituye la defensa del desarrollo sostenible en la Tierra.

Tal como observa el teólogo Leonardo Boff en uno de sus últimos artículos, no debería ser lo fundamental para Benedicto XVI, en esta hora del mundo amenazada por el calentamiento global y sus mefíticos efectos sobre la Naturaleza, la evangelización de su iglesia en América Latina o cómo parar la deserción de católicos hacia otras confesiones de tipo pentecostal y popular, sino en qué medida todas las iglesias, con el capital espiritual que poseen, pueden ayudar a la Tierra a ser benevolente con toda la vida y en qué medida pueden garantizar un futuro común para toda la Humanidad.

Pero si esa altitud de miras terrenales respecto al porvenir del planeta parece no contar para nada en las perspectivas vaticanas, tampoco el prestigioso teólogo brasileño se muestra muy optimista respecto a las posibilidades de recuperación evangelizadora en Iberoamérica. Para Boff, previa lectura del documento Sacramento de Caridad, no hay alicientes en ese ámbito: Como no estimula, por el contrario combate, las innovaciones en las formas de manifestar la fe, la Iglesia se queda cada vez más fosilizada, la Iglesia necesita asumir elementos de nuestra cultura negra, indígena y popular. Los fieles ya no sienten más a la Iglesia Católica como su hogar espiritual y salen en busca de aquellas Iglesias que hablan su lengua y se hacen comprender.

Le falta decir a Leonardo Boff, sin duda por preservar la modestia ante algo que le incumbe como protagonista, que buena parte de esos fieles que permanecen adscritos a la confesión católica en América Latina se lo debe Roma al ejemplo evangélico dado con su ministerio por los sacerdotes y religiosos seguidores de la Teología de la Liberación, severamente repudiada tanto por éste como por el anterior pontífice. Si se le restara esa iglesia de los pobres a Iberoamérica, el 10 por ciento de creyentes perdidos por la confesión apostólica y romana en los dos últimos lustros hubiera experimentado un sensible incremento desde que el evangelio liberador, a mediados de los años sesenta, reza como esperanza entre muchos millones de desheredados.

RedDiario

Artículo
UN PAPA A CONTRAMANO
El sumo pontífice visita por primera vez América Latina con la intención de frenar la sangría de católicos e impulsar una iglesia cada vez más fosilizada, que desconoce la realidad social. Según distintas encuestas, alrededor de 125 millones de brasileños profesan el culto católico. En los últimos años, según el periodista y especialista en temas eclesiásticos, Washington Uranga, el porcentaje de creyentes ha disminuido notablemente: en 1991 eran el 83,1 por ciento, en el 2000 73,8 por ciento y actualmente se estima que no superan el 64 por ciento.
Roberto Aguirre, APM

Entrevista
BOFF: EL PAPA TIENE QUE ABORDAR LOS PROBLEMAS SOCIALES
Ahora el tema ecológico está de actualidad. Nosotros lo interpretamos de la siguiente manera: la esencia de la Teología de la Liberación son la opciones que tienen los pobres para luchar contra la pobreza. Pero ahora somos conscientes de que no son sólo los pobres, las mujeres o las comunidades indígenas los que piden socorro, sino también la Tierra. Tenemos que incluirla dentro de las expectativas para los pobres. Este tema es importante en todo el mundo. Desde un punto de vista ecológico, Brasil equilibra el clima global. Lo que ocurre aquí tiene consecuencias a nivel mundial. Sería importante que la Iglesia concienciase a las masas de su responsabilidad y que tratase este tema en la Pastoral.
Deutsche Welle

Artículo
LAS VAQUITAS SON AJENAS...
Argentina. Tierra y pan, techo y escuela. En cambio, villas miseria, violencia siempre en aumento. Rejas, rejas, rejas. Hasta en las plazas. “Ved en trono a la noble igualdad”, cantamos. El poder efectivo goza de su injusticia encerrándose en los countries. Más rejas ante más pobreza. A la violencia de la sociedad injusta se la trata de olvidar con más guardias personales, agencias de custodios. Pero allí también nace la corrupción. Más policía también es igual a más corrupción en las sociedades injustas. No es la solución, los garrotazos uniformados van a producir más violencia de abajo. Sin ninguna duda. El diálogo es lo único que ayuda. El saber repartir equitativamente. A cada cual lo suyo. Principalmente a cada niño, a esos que han cesado de sonreír apenas después de nacer. El papa Ratzinger, en vez de preocuparse tanto por el aborto tendría que hablar del hambre infantil. No enseñarle al ser humano a rezar al Altísimo, sino aconsejarle de salir a la calle con la sagrada palabra de la protesta contra la injusticia. La verdadera religión tendría que ser la que nos enseña la equidad, el derecho de todos a la vida. Enseñar el no al eructo del festín de los del poder efectivo y el sí a los ojos de alegría de los niños cuando se les entrega todos los días el pan fresco del derecho de vivir.
Osvaldo Bayer, Página/12 (12-05-07)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Una imagen muy expresiva...

Anónimo dijo...

Fue portada del diario mexicano La Jornada.

Anónimo dijo...

Me temo que la iglesia sigue en predisposición de perder más fieles en América, sólo hace falta que el papa insista en la castidad y condene el preservativo.

Anónimo dijo...

¿Y por qué no hay cisma entre los que viven el Evangelio y los que viven del Evangelio?

Anónimo dijo...

Imagen=editorial.

Anónimo dijo...

Aunque parezca que esa iglesia de Roma va en contra de los tiempos, da igual, siempre estuvo en esa línea y ahí la tenemos con 2000 años de edad y todo el poder de siempre.

Anónimo dijo...

Las cosas más simples son, quizás, las más difíciles de entender y ya nada digamos de comprender. Es Cristo el ejemplo a seguir, no la Iglesia y esta verdad la comprenden muy bien todos aquellos que están en disconformidad con ella. Sin embargo, algunos reformadores quieren aprovechar la formidable estructura de poder que posee la Católica Iglesia para crear otra a su imagen y semejanza, en la que si hay un Papa sea un Papa que haga lo que ellos quieran, trasladando la imperfecta democracia política al mundo de la Fe, del Amor y de la Esperanza, atributos que no proceden de nuestra razón sino de nuestra indudable dimensión esperitual y trascendente. No importa si hay muchos católicos o pocos; lo que importa es que los que haya vivan de acuerdo con el espíritu del Evangelio.

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