martes, 17 de abril de 2007

Masacre de Virginia: El fruto de una sociedad armada

Celestina Tenerías

Lo ocurrido ayer en la Universidad de Virginia, con un balance final de 32 personas asesinadas, es un brote más de rabiosa violencia de esos que de vez en cuando afloran en los Estados Unidos como testimonio de una sociedad con graves patologías en su desarrollo. Aparte de las habituales versiones morbosas y amarillentas de los hechos con las que nos ha obsequiado de inmediato la prensa electrónica, con nauseabundos titulares instigadores de la más baja curiosidad hacia tan sangriento episodio, el más interesante y perspicaz análisis del suceso lo acabo de encontrar en las palabras del abogado don Darío Kosovsky, de la llamada Red Argentina contra el Desarme, para quien los jóvenes en USA se limitan a seguir el ejemplo del Estado: El uso de la violencia para conseguir la libertad. A su entender, la política armamentista de Bush es una estimulación permanente a este tipo de fenómenos. En una sociedad donde hay un marco de conflictividad social y un regadero de armas, es probable que cuando se desata un conflicto se resuelva con el uso de armas de fuego. Respecto al hecho de que este tipo de matanzas tengan lugar con harta frecuencia en el ámbito educativo, ya sea en colegios de enseñanza secundaria o en universidades, don Darío Kosovsky considera que en esos espacios es donde se da una mayor angustia cultural: Eso responde a una angustia cultural de falta de certezas sobre el futuro, de falta de identificación de lo que es la felicidad en el presente. El sistema no da oportunidades de decidir con libertad. En Argentina esta situación se manifiesta en una ciudadanía con pánico a la inseguridad. En otros países como los europeos, hay mucha menos angustia cultural, tal vez la canalizan por el lado de la fiesta. En Estados Unidos hay un uso de la violencia permanente: los jóvenes viven rodeados de una violencia que es negada, que los oprime, que ya no puede negar el genocidio a nivel internacional, que no puede negar la falta de tolerancia hacia los inmigrantes internos, la falta de cobertura social, la persecución de las minorías como los latinos. Las desigualdades se manifiestan en el ámbito de la juventud mucho más fuerte.

RedDiario

Artículo
BUSH HORRORIZADO
(...) En cualquier caso, al margen de cuáles hayan sido los motivos del asesino, el cuadro de horror en la Universidad Técnica de Virginia ofrece de rebote un flanco político: el abierto, entre el espanto y la perplejidad generales que ha provocado el suceso, por la declaración del presidente Bush, manifestándose “horrorizado” ante el suceso. ¿Qué dirá cuando vea en los telediarios las masacres iraquíes de casi todos los días?
Por lo que se acaba de considerar más arriba, apenas resulta posible separar la violencia bélica de la violencia “civil” en lo que concierne a la degradación moral que genera el espectáculo cotidiano de la violencia extrema con resultado de muerte. El gasto de conciencia, la erosión de sensibilidad que arrastra el espectáculo de la muerte, resulta en la práctica igual. Sea cual sea su origen. Incluido el judicial: derivado de la aplicación de la pena máxima
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José Javaloyes, Estrella Digital.

Artículo (18-04-07)
¿A QUIÉN PUEDE EXTRAÑAR YA?
(...) Es un hecho luctuoso, horroroso, deprimente, bárbaro. Pero ¿a quién puede extrañar ya, a estas alturas, que una sociedad cuyos mandatarios, una y otra vez, por unas u otras causas actúan con desprecio de las leyes internacionales logradas con gran esfuerzo para basarlas en una moral universal, por un lado, y por la persecución del deseable igualitarismo social en su propio seno, por otro? Tipos que comparecen como equilibrados pero son seres descompuestos, mentirosos, trapisondistas, genocidas que aunque se enmascaren de graciosos y dicharacheros ponen a su propia sociedad y al globo patas arriba... generan en racimo o como esporas a otros a escala, que llevan a sus últimas consecuencias el desprecio por la vida que caracteriza a la sociedad estadounidense en general, de lo que da cuenta incesante su cine más tradicional.
Nada o poco tendríamos que decir, insisto, si tomásemos a Estados Unidos por un pueblo más de los pueblos salvajes que aún quedan, aunque el salvajismo de esa sociedad es el de refinamiento... Lo malo, lo peor, lo que nos exaspera a quienes contemplamos a la sociedad 'americana', pese a sus logros tecnológicos (que al final son los que están abocando al mundo a su extinción y a la que vemos como una gigantesca cloaca del globo donde abunda más toda clase de detritus que bienes, reglas y valores morales eternos), es la necia admiración y el deseo de emularla que algunas sociedades europeas sienten hacia la ella.
Jaime Richart, Argenpress.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que una sociedad así mantenga disponible un gatillo fácil en cada ciudadano es como para temblar.

Anónimo dijo...

Bush es un ejemplo de barbarie.

Anónimo dijo...

La violencia les está reventando dentro.

Anónimo dijo...

Fruto de una sociedad armada y de una sociedad mortalmente herida y desoladoramente decadente

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