lunes, 16 de abril de 2007

La soledad de Batasuna

Félix Población

Los últimos brotes del terrorismo islamista en Marruecos y Argelia nos indican que España sigue estando al alcance de esas acciones y en las perspectivas de Al Qaeda. Que el señor Rajoy recomiende al Gobierno la máxima vigilancia ante ese riesgo resulta, además de una obviedad, una desfachatez. Se está demostrando que el 11-M no fue una lección de previsión en ese sentido por parte del ejecutivo aznariego.

Situado en el contexto de amenaza que sigue representando el terrorismo islamista, y dada su indudable influencia en la inactividad del terrorismo etarra tras los atentados de Madrid de aquella fatídica fecha, cabe preguntarse por el protagonismo del movimiento abertzale en el País Vasco al margen de la legalidad democrática.

Leo hoy en El Confidencial que Gerry Adams, el presidente del Sinn Fein irlandés, advirtió en sucesivas ocasiones al señor Otegui que su formación dejaría de prestar apoyo político a Batasuna en el caso de que ETA volviera a su actividad armada. La última notificación al respecto se la comunicó Adams a don Arnaldo personalmente con ocasión de la reunión que ambos líderes celebraron en Belfast el pasado 12 de febrero. Tal cita tuvo lugar como consecuencia de la invitación cursada por el brazo político del IRA un par de meses antes, cuando la banda mantenía el alto el fuego y no había ocurrido aún el atentado de Barajas.

Se asegura en esa información que el viaje de la delegación de Batasuna a Belfast fue acogido con manifiesto malestar por el Sinn Fein, que entonces estaba en campaña para las elecciones del pasado 7 de marzo en el Ulster y desechaba, en ese contexto democrático, cualquier relación con el terrorismo etarra. Parece ser que mientras ETA no asegure una restauración definitiva de la tregua, la familiaridad entre Adams y don Arnaldo no volverá a ser la que fue, por lo que cabría colegir que Batasuna, al día de hoy, ha dejado de contar con el apoyo del movimiento independentista irlandés, tan activo a raíz del alto el fuego permanente del pasado 22 de marzo.

Si todo fuera así, se nos antoja suicida para la pervivencia del movimiento abertzale mantenerse con una resistencia entre chulesca y absurda al margen de la legalidad democrática y seguir bajo el paraguas de ETA, confiando en que el proceder terrorista de la banda les puede seguir dando vitola de lucha en un contexto europeo en que sólo el fanatismo islamista puede compartir ya esa aberrante metodología de la barbarie.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

También podría ser que Batasuna sin ETA no tuviera nada que ofrecer a un electorado nacionalista de izquierda que podría estar representado ya por Aralar.

Anónimo dijo...

Aralar va a experimentar un ascenso notable en las elecciones de mayo y eso podría ser el principio del fin de Batasuna.

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