jueves, 12 de abril de 2007

La novia de Wolfowitz

Melibea

El memorioso lector recordará que Paul Wolfowitz es el presidente del Banco Mundial, el mismo que gana 300.000 euros al año y luce ostensibles tomates en los calcetines cuando se descalza en Santa Sofía, según certificaron recientemente los fotógrafos. Bien, pues aparte de sus miserias más pedestres con las medias de cada día, el señor Wolfowitz acaba de comparecer en una rueda de prensa para disculparse de otras más sustanciosas vinculadas con las tentaciones y caudales propios de su cargo. Como los periodistas estaban a la espera de unas palabras sobre tal asunto, pues ya se había difundido entre los más informados, el señor presidente pidió disculpas muy abatido y calificó de simple error su decisión de aumentarle el sueldo a su novia, ejecutiva del BM, en 60.000 dólares hasta superar con más 200.000 al año, libres de impuestos, el de la propia Condolezza Rice. Siendo quien es y lo que representa en el universo mundo, el señor presidente debería haber justificado su exceso por razones de amor, simplemente.

Comentario de Lector
ESCÁNDALOS
Esta mañana me asombró el siguiente titular radiofónico: "El presidente del Banco Mundial pide perdón". La explicación me decepcionó; no pedía perdón por los desmanes del "primer mundo" sino por no sé qué privilegios económicos con su novia, fruslerías al fin y al cabo. Es una vergüenza que se armen estos follones mediáticos por este tipo de escándalos y no se pestañee siquiera por el enriquecimiento de unos a costa de la miseria de los demás, con estamento "mundial" y presidente y todo, como si fuera serio.
Folía

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta mañana me asombró el siguiente titular radiofónico: "El presidente del Banco Mundial pide perdón". La explicación me decepcionó; no pedía perdón por los desmanes del "primer mundo" sino por no sé qué privilegios económicos con su novia, fruslerías al fin y al cabo. Es una vergüenza que se armen estos follones mediáticos por este tipo de escándalos y no se pestañee siquiera por el enriquecimiento de unos a costa de la miseria de los demás, con estamento "mundial" y presidente y todo, como si fuera serio.

Anónimo dijo...

Quiénes están sumergidos en la opulencia poseen muchos privilegios, pero se les niega el más importante de todos, que es el Amor Verdadero. Piden perdón y, ya de paso, presumen de novia como si amar equivaliera necesariamente a tenerla. Quítele usted todo el dinero que le da, caballero y ya verá usted cómo se queda sin novia. Al menos así sabrá si ella le quiere a usted o a su dinero. Porque no me conocen se los digo: A mí estas personas me dan mucha pena. Siempre pensando en ellas y en sus cosas. Siempre cerrando los ojos a la miseria y a las necesidades ajenas. Siempre viviendo como si el mundo fuera su cortijo privado, a salvo hasta de la Ley de la que frecuentemente se burlan. Siempre hallando disculpas para no tender la mano a quien padece hambre, está solo o sufre en silencio la injusticia. No. La vida no es justa ni lo será mientras existan en ella personajes así y para nuestra desgracia existen muchas. No obstante, es a nosotros a los que compete resolver el problema y no a Dios, como a menudo se dice.

Publicar un comentario