Melibea
Lo tres puntos que paso a consignar, expresión literal de lo que dijo ayer don Jesús Polanco en la junta general de accionistas del Grupo Prisa, editor del diario El País, no son ajenos al criterio de buena parte de la ciudadanía, a la que no por ello cabe calificar de sectaria, como acaba de hacer el Partido Popular con don Jesús en un comunicado en el que da a conocer a la opinión pública su boicot informativo a todos los medios dependientes de la citada empresa:
1.- Deseo que en España exista un partido de derechas, laico, con ganas de mantener lo que hay que mantener y de cambiar lo que hay que cambiar.
2.- Es muy difícil ser neutral cuando a una de las partes le vale todo, absolutamente todo.
3.- Si estos señores –se refiere a los del PP- recuperan el poder, van a venir con unas ganas de revancha que a mí me dan miedo.
Al aislamiento político en el Congreso, une así el Partido Popular un parcial aislamiento mediático del grupo informativo más poderoso en lengua española. Cuenta para combatirlo, de modo nada sectario, harto profesional e independiente, con otros medios apacentados fielmente a su vera con los que no verá más horizonte que el de sus propias narices. Muy poco para que el PP aspire a más de lo que le va quedando: sectarismo.
Respuesta del Comité de Redacción del diario El País
Entre otros puntos del comunicado hecho público por el Comité de Redacción del diario El País, como réplica al boicot impuesto por el Partido Popular, es de destacar el cuarto donde se dice: Que decisiones de esta naturaleza no tienen precedentes en países democráticos y pretenden situar a los periodistas en la dependencia de los intereses políticos. Dicha dependencia no haría sino provocar un empobrecimiento de nuestros niveles de salud democrática. Debemos denunciar, por tanto, como un hecho muy grave, que un partido político intente etiquetar a los profesionales a través de falsas atribuciones de parcialidad.
RedDiario
Artículo
ANTE EL CHANTAJE, EL DEBER DE INFORMAR
(...) Jesús de Polanco hizo uso de su libertad de expresión como ciudadano, que no está mermada por el hecho de ser el presidente del principal grupo de comunicación iberoamericano. La respuesta del Partido Popular a sus palabras olvida, en cambio, que quienes se expresan desde los poderes públicos están obligados no ya a respetar las libertades de los ciudadanos, sino a garantizarlas y a protegerlas, incluso cuando no sirvan o resulten contrarias a sus intereses. La auténtica libertad que hay que defender es siempre la libertad de quienes piensan distinto. Lejos de pensar así, como correspondería a una fuerza democrática, el Partido Popular ha tratado de erigirse en juez del comportamiento democrático para señalar los límites de la opinión y de la crítica, arrogándose de forma partidista la facultad de dictaminar qué declaraciones entran o no dentro de lo que denomina "el legítimo posicionamiento editorial".
No es el único aspecto del comunicado en el que se dejan entrever unas ideas cuando menos singulares acerca del sistema democrático. El Partido Popular no es el propietario de los votos y menos todavía de la conciencia y de la libertad de los ciudadanos que le votaron en las últimas elecciones generales. Es una maniobra del todo pretenciosa intentar trasladar, como hace el comunicado, las críticas que suscitan los actuales dirigentes del Partido Popular a los 10 millones de personas que le dieron su voto en las últimas elecciones; como si estos ciudadanos no tuvieran criterio propio para discernir y elegir sus propios medios de comunicación. Y si representa parlamentariamente a los 10 millones de ciudadanos que le votaron, no es frente a los millones que representan otros partidos, según parece deducirse del texto, sino como instrumento de participación política para contribuir a la formación y a la manifestación de la voluntad popular, según reconoce la propia Constitución. (...)
Editorial del diario El País.
9 comentarios:
Lo del PP: pura neurosis.
Es como si el PP hubiera dicho al perder, de perdidos al río y hasta que esto estalle, el PP.
Mucho se habla de libertad cuando se comentan las declaraciones del Sr. de Polanco. Talmente parece que la libertad forma parte también de su exclusivo patrimonio y, sin embargo, habla como un rey absoluto; se le escucha con reverencia y para algunos siempre tiene razon. La verdad, la libertad, la democracia y la razón están siempre de su lado. Es inmensamente rico, pero no inmensamente libre y aunque naturalmente hay que respetar sus declaraciones, no por eso hay que compartirlas, porque sabio, lo que se dice un sabio, no es. Otra cosa es si convienen o no, dada la delicada situación política que atravesamos y a quien convienen. Es evidente que al PP no le convienen y por eso dice: No le hagáis caso, ni a él ni a la maquinaria mediática que dirige desde los "espléndidos" principios del capitalismo explotador.
Lo que está claro, para cualquier profesional que se precie y no esté mojado en cualquiera de los dos bandos, Prisa y Cope+los demás, es que a los segundos les corresponde ese caldo de cultivo de catástrofe y la crispación.
Entonces, si reconocemos que hay dos bandos mediáticos, cuando criticamos con amargura a uno no debemos olvidarnos de criticar al otro como muy a menudo se hace cuando se habla de la Cope.
Así se hace al menos desde donde ningunn interés se tiene, como no sea el meramente iformativo, ni en uno ni en otro.
Pues es una lástima que el derecho a la información, que corresponde al conjunto de los ciudadanos, se ponga al servicio del gobierno o de la oposición. La diferencia entre lo que es información y lo que no lo es, está en que mientras la información eleva nuestro grado de libertad, lo que parece información sin serlo nos esclaviza.
Pues para esclavos los de Federico, oiga, y pedro jota, y anson, que hay que ver la que arman para hacerse oir, ruido y venga ruido.
Esclavos lo son todos aquellos a los que sus amos han comprado y no solo los que compran algunos. No obstante, lo más importante para ser libre es no ser esclavos de nosotros mismos.
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