martes, 13 de marzo de 2007

Benedicto XVI, condena a Jon Sobrino y la Teología de la Liberación

Melibea

La condena vaticana al teólogo español Jon Sobrino (SJ), que se hará pública este jueves y que, según ha adelantado el arzobispo de San Salvador, le prohibirá publicar con el 'nihil obstat' eclesiástico e impartir clases en centros religiosos, vuelve a golpear a la Teología de la Liberación, más de dos décadas después del muy sonado castigo impuesto por el anterior pontífice al franciscano brasileño Leonardo Boff, en 1985. A pesar de las optimistas presunciones de algunos observadores tras el nombramiento del Papa alemán, que vaticinaban un pontificado más templado y aperturista por parte de Benedicto XVI con relación a su predecesor, todo hace indicar con esta drástica medida que tendremos más de lo mismo. La decisión que afecta al jesuita vasco coincide con el mensaje conservador que Su Santidad acaba de enviar a los católicos del mundo con motivo de un documento referido al sínodo arzobispal de 2005 que se ha publicado recientemente. En el texto, El Vaticano expresa su firmeza para mantener el celibato sacerdotal. El Pontífice exhorta asimismo a celebrar la misa en latín, lengua que desde los años sesenta quedó relegada únicamente a los cánticos, siendo las lenguas modernas de cada país las usuales en la ceremonia de la misa. Benedicto XVI también mantiene su firme oposición al matrimonio homosexual. Según el Papa, además, los políticos católicos tienen la obligación moral de oponerse al casamiento entre personas de un mismo sexo. Por lo que respecta a mi admirado Jon Sobrino, monseñor Sáenz Lacalle, arzobispo de San Salvador, ha hecho saber que a criterio de la Santa Sede las conclusiones de los estudios teológicos sobre Cristo que el padre Sobrino ha publicado no son concordes con la doctrina de la Iglesia y no podrá enseñar teología en ningún centro católico mientras no revise sus conclusiones.

RedDiario

Noticia
UN JARRO DE AGUA FRÍA
La amonestación a Jon Sobrino ha caído como un jarro de agua fría sobre el ánimo de creyentes como Enrique Miret Magdalena, miembro de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, o Juan José Tamayo Acosta, director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacuría en la Universidad Carlos III de Madrid. Ninguno de los dos oculta «cierta sorpresa» ante una medida que echa por tierra «las cautelas» que, hasta ahora, habían guiado los pasos del Vaticano. Desde el pasado domingo, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha vuelto a hacer acto de presencia con la contundencia de antaño, «cuando gente como yo mismo -recuerda Tamayo Costa- era censurada sin paliativos y con argumentos que se caían por su propio peso».
Reflexión y Liberación.

Breviario

LA IGLESIA ETERNA
Benedicto XVI se alía con la Iglesia eterna frente al amplio sector de la iglesia que reclama cambios. El pontífice alemán da por buenos los principios del pluralismo político y la laicidad del Estado, propios del Concilio Vaticano II, pero se resiste al pluralismo ético según el cual toda posición moral es lícita y justificable por criterios de utilidad. Frente a los cambios demandados por la sociedad a la Iglesia, Benedicto XVI apuesta por la Iglesia inmutable y eterna que exige cambios a la sociedad.
DdA.

Carta
CARTA DE JON SOBRINO AL P. GENERAL DE LOS JESUITAS (14-03-07)
Jon Sobrino conoció a través de su superior general la Notificatio de la Congregación de la fe, para la que se le pedía una adhesión sin reservas. En esta carta explica por qué no puede hacerlo. La publicamos (excepto algún párrafo que el autor ha querido reservarse) a la espera de poder hacer público también el texto oficial del documento vaticano.
Atrio.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Era algo que se esperaba en cierto modo. Lo que falta saber es si Benedicto no se quedará en Sobrino y seguirá a la caza.

Anónimo dijo...

A mi modo de ver, La Iglesia es mucho más sabia que los Jesuitas que ahora están al lado del pobre tras haber estado durante siglos al lado del rico. Ciertas condenas hay que leerlas con mucho cuidado antes de condenarlas. Otras cosas solo son consejos, no condenas

Anónimo dijo...

En todo caso, la única sabiduría que merecería tal nombre sería la de la coherencia con el Evangelio. Lo otro es astucia para sustentar el poder. Nadie se la niega al Vaticano.

Anónimo dijo...

El Vaticano cree en su pasado más que en su porvenir.

Anónimo dijo...

¿Fue Juan XXIII una excepción? ¿Por qué entonces sí y ahora no?

Anónimo dijo...

No saben cuanto me alegra leer referencias al Evangelio cuando se trata de enjuiciar a la Iglesia Católica, porque en él también se dice: "Tu est Petrus, et super petram edificare Eclesiam meam": Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificare mi Iglesia. Claro que si no es verdad que lo dijo, la cosa cambia.

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