jueves, 1 de febrero de 2007
Sociedades enfermas
Lazarillo
Leo estos días con gusto, aunque padeciendo una pésima traducción de la que es responsable la editorial Mondadori, el libro sobre Estambul, la ciudad y sus recuerdos, del que es autor Orham Pamuk, el escritor turco galardonado en 2006 con el Premio Nobel de Literatura. La obra es una delicia en sus pormenores descriptivos y en el despejado vigor intelectual de las reflexiones expuestas sobre la sociedad turca. No faltan en ella referencias a la caída del Imperio Otomano, al que Pamuk, como se sabe, acusa del genocidio armenio. Por tales críticas fue asesinado recientemente un amigo del escritor, el periodista Hrant Dink, y hubo de soportar Orham Pamuk las amenazas de muerte del presunto criminal, un furibundo militante nacionalista.
Como consecuencia de todo ello, Pamuk ha decidido suspender una gira por Alemania ante el riesgo de atentado que podría suponer llevar y expresar sus ideas a un país donde la comunidad turca es muy numerosa. Otra vez un intelectual, como le ocurriera a Salman Rushdi, se ve obligado a cortar el vuelo a la libertad de acción de su palabra porque sobre la lucidez y sereno temple de sus razones se ciernen las armas letales del enfermizo furor místico-nacionalista.
Hace unos días, y después de que fuera recordado y homenajeado por sus compañeros y amigos del Partido Popular en el cementerio donde fue sepultado, la tumba de don Gregorio Ordóñez, concejal del PP asesinado por ETA, fue ultrajada por unos adolescentes facinerosos. La actitud de esta aviesa muchachada, gestada en las ubres de un nacionalismo montaraz, denota hasta qué punto ese tósigo fascista y excluyente cría en los más tiernos alevines del terrorismo etarra. Ante semejante tropelía, propia de la más ruin indecencia y baja estofa moral, Batasuna se mostró perpleja por no entender acciones de esa laya, pero no pudo evitar al tiempo su farsante denuncia del montaje político y mediático prefabricado para perseguir a la juventud vasca y a la izquierda abertzale.
Hay que evitar a toda costa y con la ejecución de la nueva la Ley del Menor al pie de la letra, como editorializaba ayer el diario El País, que estos niñatos no tutelados y/o consentidos por sus padres, así como agasajados por sus barrabasadas entre sus mayores en militancia, pasen a convertirse en txapotes siguiendo el modelo del asesino de don Gregorio Ordóñez. Se les debe aplicar el tratamiento penal debido, pero sin descuidar otros aspectos de su ámbito social como la familia y la escuela, donde también hay que incidir para prevenir los derroteros de la violencia como patología social, banalizada a menudo por los medios de información.
Una sociedad está enferma cuando quienes tratan de reflejarla con la razón están abocados al silencio o al guardaespaldas porque sobre ellos pesa como amenaza permanente, ya sea en Turquía o en Guernica, la mordaza del miedo, la crianza del sicario o el oficio del matón con aureola de héroe.
Breviario
ASI NO DEBE SER EUSKADI, NI ESPAÑA: ASÍ ES ETA
El lehendakari Ibarreche, obligado a comparecer ante la Justicia por dialogar con Batasuna, ha dicho que España es un país de locos como mejor argumento para justificar la medida judicial. Dejando a un lado la razón de la comparecencia, sólo cabe comprobar que su actitud ante los tribunales ha levantado esa pugna en la calle entre sus fieles y el Foro de Érmua. Ese tipo de enfrentamiento sí es de locos: ni España ni Euskadi se deben reflejar en esa imagen. ETA sí. La estará disfrutando para dialogar.
L.
3 comentarios:
¿De qué hablaríamos en España sin Euskadi?
Algo ocurre con tu blog, Lazarillo, pues en todo el día no he podido acceder.
El respeto y el afecto que seguramente sentimos hacia los ciudadanos vascos honrados, que son la mayoría, no debe quedar empañado por la actitud totalitaria y antidemocrática de los que creen que la Ley es únicamente para el pueblo, y no para los conductores del pueblo. Quizás llegue el día en que siguiendo al iluminado Arana, se elabore una ley que prohiba los matrimonios mixtos entre "maketos" y "bizcainos"
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