Más de una vez los calendarios oficiales juegan en contra de los políticos que no se ajustan coherentemente a un estilo definido de comportamiento. El de don Alberto Ruiz Gallardón parecía responder a una cierta heterodoxia dentro del denominador común dominante en el aznarato genovés. Como alcalde de Madrid, ocasiones hubo en que el señor Ruiz Gallardón se desmarcó de los criterios rigoristas y regresivos que el sector más derechista del Partido Popular viene manteniendo sobre determinadas cuestiones. Se le reconoce a don Alberto una cierta tolerancia, así como una personalidad cultivada e indudable perspicacia y don de gentes. Hubo un tiempo incluso en que se creyó en su pulso para reorientar hacia el centro la escorada nave aznariega. Pero la disciplina de partido obliga a grandes sacrificios y deja muchas veces en evidencia a quienes pretenden estar a todas. No estuvo el señor alcalde Madrid en la masiva manifestación del sábado pasado contra el terrorismo, tal como le correspondía como regente de la capital del Estado. Prefirió antes ser sumiso militante del PP que representante en la convocatoria como máximo edil de la Villa, unido al espíritu solidario de sus conciudadanos. Unos días después, sin embargo, aprovechó la ocasión para hacerse la foto con el actor Tim Robbins, que presentaba su película Atrapa el fuego y apoyaba la celebración en Madrid del I Festival de Cine Solidario. Resulta sospechoso que el representante de la ciudadanía sea incapaz de escuchar la voz de esa ciudadanía a favor de la paz y haga el esfuerzo de venir a hacerse una foto con un actor norteamericano, dijo Robbins. Tal parece que para don Alberto la solidaridad se queda en puro cine y nada más.
martes, 16 de enero de 2007
Ruiz Gallardón bajo sospecha según Robbins
Celestina Tenerías
Más de una vez los calendarios oficiales juegan en contra de los políticos que no se ajustan coherentemente a un estilo definido de comportamiento. El de don Alberto Ruiz Gallardón parecía responder a una cierta heterodoxia dentro del denominador común dominante en el aznarato genovés. Como alcalde de Madrid, ocasiones hubo en que el señor Ruiz Gallardón se desmarcó de los criterios rigoristas y regresivos que el sector más derechista del Partido Popular viene manteniendo sobre determinadas cuestiones. Se le reconoce a don Alberto una cierta tolerancia, así como una personalidad cultivada e indudable perspicacia y don de gentes. Hubo un tiempo incluso en que se creyó en su pulso para reorientar hacia el centro la escorada nave aznariega. Pero la disciplina de partido obliga a grandes sacrificios y deja muchas veces en evidencia a quienes pretenden estar a todas. No estuvo el señor alcalde Madrid en la masiva manifestación del sábado pasado contra el terrorismo, tal como le correspondía como regente de la capital del Estado. Prefirió antes ser sumiso militante del PP que representante en la convocatoria como máximo edil de la Villa, unido al espíritu solidario de sus conciudadanos. Unos días después, sin embargo, aprovechó la ocasión para hacerse la foto con el actor Tim Robbins, que presentaba su película Atrapa el fuego y apoyaba la celebración en Madrid del I Festival de Cine Solidario. Resulta sospechoso que el representante de la ciudadanía sea incapaz de escuchar la voz de esa ciudadanía a favor de la paz y haga el esfuerzo de venir a hacerse una foto con un actor norteamericano, dijo Robbins. Tal parece que para don Alberto la solidaridad se queda en puro cine y nada más.
Más de una vez los calendarios oficiales juegan en contra de los políticos que no se ajustan coherentemente a un estilo definido de comportamiento. El de don Alberto Ruiz Gallardón parecía responder a una cierta heterodoxia dentro del denominador común dominante en el aznarato genovés. Como alcalde de Madrid, ocasiones hubo en que el señor Ruiz Gallardón se desmarcó de los criterios rigoristas y regresivos que el sector más derechista del Partido Popular viene manteniendo sobre determinadas cuestiones. Se le reconoce a don Alberto una cierta tolerancia, así como una personalidad cultivada e indudable perspicacia y don de gentes. Hubo un tiempo incluso en que se creyó en su pulso para reorientar hacia el centro la escorada nave aznariega. Pero la disciplina de partido obliga a grandes sacrificios y deja muchas veces en evidencia a quienes pretenden estar a todas. No estuvo el señor alcalde Madrid en la masiva manifestación del sábado pasado contra el terrorismo, tal como le correspondía como regente de la capital del Estado. Prefirió antes ser sumiso militante del PP que representante en la convocatoria como máximo edil de la Villa, unido al espíritu solidario de sus conciudadanos. Unos días después, sin embargo, aprovechó la ocasión para hacerse la foto con el actor Tim Robbins, que presentaba su película Atrapa el fuego y apoyaba la celebración en Madrid del I Festival de Cine Solidario. Resulta sospechoso que el representante de la ciudadanía sea incapaz de escuchar la voz de esa ciudadanía a favor de la paz y haga el esfuerzo de venir a hacerse una foto con un actor norteamericano, dijo Robbins. Tal parece que para don Alberto la solidaridad se queda en puro cine y nada más.
1 comentario:
A Gallardón como no le salió bien su disidencia entre comillas, también le va la disciplina de partido, pero no se sabe hasta cuándo.
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