Félix Población
El 9 de febrero de 1996, casi año y medio después de su anuncio de alto el fuego, el Ejército Republicano Irlandés (IRA) puso una potente bomba en una estación de tranvías de Canary Wharf, barrio financiero de Londres. Pese a la advertencia previa de los terroristas, la explosión causó la muerte de dos personas. Los efectos del imprevisto atentado fueron desalentadores en el jefe del Gobierno, el conservador John Major, que entre la rabia y la perplejidad instó al Sinn Fein a condenarlo. No lo hizo Gerry Adams, que reaccionó de una manera confusa y apeló a la restauración del alto el fuego en correspondencia con una actitud decidida por parte del Gobierno en la búsqueda de la paz.
Tomo estos datos de un artículo muy perspicaz de John Carlin ayer en El País, en el que establece inequívocas comparaciones entre la última barrabasada con víctimas mortales del IRA y el atentado de ETA en Barajas. Las hay tanto en los mismos precedentes en que tuvo lugar -una larga tregua-, como en el procedimiento empleado, la ubicación de la potente carga explosiva, la fatalidad en el número de víctimas mortales y la reacción de incertidumbre y confusión compartida tanto por los Gobiernos de Londres y Madrid como por los respectivos brazos políticos de ambas organizaciones armadas.
Según reconocieron no hace mucho los propios integrantes del IRA, con la bomba de Canary Wharf no pretendieron acabar con el proceso de paz. Aquello fue un intento cínico de ganar más respeto por parte de Londres, en una pretensión de alternar el diálogo con una prórroga de la violencia, que perduró 18 meses más, si bien muy reducida en su frecuencia y rigor.
De no haberse producido el atentado que acabó con el alto el fuego del IRA en 1996, quizá le hubiese correspondido a John Major suscribir con el Ejército Republicano Irlandés el feliz término de su lucha armada. Si lo hizo el socialdemócrata Tony Blair dos años más tarde, tras su victoria por mayoría en las elecciones de 1997, con el desarme total de la organización en 2005, fue porque además de con los votos contó con la solidaridad y el apoyo en todo momento del Partido Conservador.
Las enseñanzas están bien frescas, al alcance del Gobierno y de nuestra clase política. Desaprovecharlas como hasta ahora sería prolongar un conflicto que, pese a la natural conmoción del 30-D y su correspondiente decepción y rabia entre la ciudadanía, sigue estando más a punto que nunca para ser resuelto.
RedDiario
Noticia
CASTIGADA LA ACTITUD DEL PP POR LA CIUDADANÍA
El sondeo realizado por el Instituto Noxa para La Vanguardia arroja resultados favorables sobre la actitud del Gobierno frente al proceso de paz. Concretamente un 76% de los encuestados aprueba la actitud del Ejecutivo al intentar utilizar el diálogo para acabar con el terrorismo. En este punto, también quedaba de manifiesto la conducta obstructiva del PP en el proceso de paz, ya que un 68% de los encuestados considera que el PP contribuyó a hacer el fracasado proceso aún más difícil. La oposición conservadora figura como responsable del clima de desunión ante el terrorismo y su líder, Mariano Rajoy, sale castigado por su conducta tras los atentados del 30 de diciembre. El PP podría estar perdiendo hasta diez escaños en el Parlamento con respecto a sus resultados anteriores.
El Plural.
6 comentarios:
Se supone que el gobierno estará al tanto de todos los detalles del proceso de paz en Irlanda del Norte, porque con ser distintos los conflictos está claro que son muy parecidos los procedimientos por parte de los terroristas, lo que falta saber es el grado de colaboración de la oposición que está dispuesta por ahora a hacer del proceso una plataforma electoral, por lo que su parecido con el Partido Conservador británico es más bien lejano. Si allí la cosa duró un par de años más, aquí podría prolongarse mucho más poir no contar con una oposición leal en este punto.
La vieja y consolidada democracía británica es sabia en política y con acierto actuó para acabar con el terrible terrorismo irlandés. En España andamos todavía enzarzados en disputas partidistas y haciendo de ellas ostentación con la bandera como si necesitaramos que ETA prolongase más sus barbaridades para que escarmentáramos de una puñetera vez. Mierda.
No obstante, si a la vieja y consolidada democracia británica se le hubiera solicitado algo anticonstitucional hubiera roto todo tipo de negociación. Dura Lex, sed Lex. Por otro lado, una bandera está para hacer ostentación de ella; no la vamos a guardar debajo de la cama para evitar que ETA se enfade.
Las banderas representan a las naciones,no sirven como ostentación de las mismas ni como patrimonio de nadie.
Si el PP quiere hacer electoralismo con su falta de apoyo al Gobierno, el Gobierno no deja de hacer lo propio dando la sensación de que invita al PP a participar en el nuevo pacto contra el terrorismo sabiendo que no lo hará. Le peor de todo es que por unos y por otros pueda ETA volver a matar.
Pues entonces solo podrán utlizarse cuando se manifiesten las naciones, sobre todo si se llaman Catalunya y Euskaherría.Tratándose de España, claro, es mejor utilizar las banderas de otras naciones que utilizar la propia.
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